Gorka Larrea está viviendo su primera temporada en el Numancia. Tras pasar por la Real Sociedad, Almería y Levante ha llegado a Soria. Él está muy contento, aunque no ha tenido los minutos que le hubiera gustado. De todas formas, por encima de todo está el equipo.

«En soria estoy muy contento. Estoy aprovechando a tope mi estancia aquí. Vivo a 15 kilómetros de la capital, en una casa rural, en contacto con la naturaleza, en un paraje precioso y el club es extraordinario. Soy muy feliz aquí», afirma el donostiarra, aunque le hubiera gustado jugar más. «A los futbolistas lo que nos gusta es jugar, pero también hay que mirar al equipo. Quizás no estoy en mi mejor momento de juego y hay que aceptar que otros estén mejor. En estos casos hay que apoyar al grupo y seguir trabajando para cuando llegue la oportunidad, aprovecharlo», añade Larrea.

«El Numancia es el equipo más euskaldun fuera de Euskadi. No solo porque haya muchos futbolistas vascos jugando aquí, también por el concepto de trabajo que tienen, es muy parecido a cualquier equipo vasco. Las formas de trabajo, la estructura, todo, es muy parecido a los equipos vascos», dice Gorka.

Según el donostiarra, hasta se habla euskera en el vestuario del Numancia. «Aquí estamos muchos futbolistas vascos que hablamos euskera y también otros trabajadores del club, por lo que muchas veces entre nosotros hablamos euskera en el vestuario. También hay jugadores que han pasado por equipos vascos, que chapurrean el euskera, por lo que es muy normal que dentro del Numancia se escuche algo de nuestro idioma», asevera el centrocampista vasco.

Los cobros y el invierno

Otra de las cosas importantes que tiene el Numancia es que paga lo prometido y no tiene ningún problema económico. «El problema de los cobros es muy importante y el Numancia funciona como muchos equipos vascos. Si tiene cuatro euros para pagar te ofrece cuatro y no veinte. Gasta lo que puede y así mantiene muy bien la economía. Venir a Soria ha sido un acierto», concluye Gorka.

Pero no todo es bueno es Soria, ya que los inviernos son muy duros. «Antes de venir aquí sabes que el invierno va a ser muy complicado. Es cierto que hace mucho frío, y a veces no ayuda para los entrenamientos, pero se puede llevar. También sacamos provecho a las bajas temperaturas, ya que muchas veces una parte del campo suele estar helado y gracias a eso sacamos bastantes puntos», dice. Sobre el futuro no ha pensado demasiado. «La verdad es que me siento un privilegiado. Tengo 27 años y solo me he dedicado al fútbol, que es lo que más me gusta y lograr eso es muy complicado. Del futuro no he pensado demasiado. Sé que algún día volveré a Donostia, ya que soy de allí y es donde está toda mi familia. No sé si será para seguir jugando al fútbol o una vez que lo haya dejado. De momento quiero seguir disfrutando con lo que tengo y en el Numancia estoy muy a gusto», concluye el guipuzcoano Gorka Larrea.