Munilla usa la marcha de Arantzazu para dudar de la motivación de ETA
GARA | DONOSTIA
El obispo de Donostia, José Ignacio Munilla, empleó ayer la marcha anual a Arantzazu por la paz, que reúne a miles de fieles, para reclamar actitudes de «humildad y de arrepentimiento» en el proceso abierto en Euskal Herria, pues cree que de lo contrario «existiría el riesgo de que el fin de la violencia fuera un mero cálculo de conveniencia».
En una homilía dirigida claramente y de modo exclusivo a la izquierda abertzale, Munilla señaló que «el reconocimiento del daño causado no deja de ser una mera constatación de un hecho histórico» y por ello entiende que «es necesario dar un paso más, sin miedo a entrar en la valoración ética del daño causado», porque «hay algo mucho más determinante que el cese de las armas: ¡el cambio de los corazones!».
Junto a ello, el prelado señaló que la Iglesia «mira con esperanza» las expectativas abiertas tras el anuncio de ETA de renunciar definitivamente a su actividad armada y dijo paradójicamente que sigue «el debate político sobre la pacificación desde una distancia prudencial, consciente de que no está llamada a entrometerse en el terreno de la legítima plura- lidad política».
Insistió además en que no hace falta ser cristiano para «arrepentirse y pedir perdón», porque ambos «son valores inherentes a la dignidad humana».