El Real Madrid se lleva los tres puntos
El errado dibujo local facilita la goleada merengue
Los numerosos cambios posicionales de Mendilibar no supo digerirlos el equipo, que anduvo perdido en la primera parte y noqueado por la pegada blanca. Con el 1-3 hubo un intento de reacción local.
OSASUNA 1
REAL MADRID 5
Natxo MATXIN
No fue el partido que la afición esperaba. Demasiado sencillo para un Real Madrid que materializó la primera que se encontró y que estuvo muy cómodo ante un planteamiento demasiado revolucionario del técnico rojillo, José Luis Mendilibar, que sus hombres no supieron digerir en beneficio propio. El dibujo más habitual del segundo tiempo hizo abrigar esperanzas y el 1-3 de Nino las alimentó, pero entre la discutida actuación de Muñiz Fernández y la eficacia blanca, el choque se fue hasta la goleada visitante.
Lo dicho. Osasuna salió con un planteamiento muy extraño. Un trivote en medio campo con Nekounam -el más retrasado-, más Puñal y Raoul, algo más adelantados; Raúl García escorado a la banda izquierda; y lo más peligroso, Roversio en el lateral derecho ocupándose de la marca de Cristiano Ronaldo, cuando lo más lógico parecía que fuese Damià el encargado de tal tarea y el brasileño siguiendo a Benzema, un hombre de características más similares a las suyas.
Precisamente del costado zurdo llegó el lance con el que el Real Madrid se puso por delante en el electrónico. A Ronaldo le hizo falta muy poco para superar en velocidad a Roversio y poner un centro al segundo palo que Benzema remató magistralmente cruzando, sin dejar botar la pelota, al otro poste, un disparo inesperado para Andrés Fernández, que hizo la estatua.
El choque se ponía francamente complicado, máxime porque se veía a varios rojillos bastante descolocados -Raoul y Raúl García, excesivamente escorado a la izquierda, fueron dos ejemplos de ello-, pese a lo cual el equipo navarro comenzó a ponerle casta con el marcador adverso. Los merengues acompañaron al mejor despliegue local sin apretar y retrasando varios metros su posición, en una situación en la que se encontraban bastante cómodos.
De hecho, los anfitriones únicamente conseguían llegar mediante un robo en el área merengue. El balón cayó en las botas de Nino, pero el almeriense se escoró demasiado y su lanzamiento raso salió cruzado sin que ni siquiera Casillas tuviese que intervenir. Los líderes, que se veían holgados ante tan escasa oposición, acabarían por rematar con su mortal pegada en el último tramo de la primera parte.
Previamente Cristiano Ronaldo y Mesut Özil, ambos por partida doble, ya habían probado las prestaciones del cancerbero rojillo. El portugués probó desde fuera del área antes de ajustar su punto de mira para meterla a la tercera, el alemán obtuvo respuesta del meta mur- ciano cuando trató de colarla pese a encontrarse muy esquinado en su chutazo.
Todo se fue al carajo en el último cuarto de hora, pues hasta entonces, con la ventaja por la mínima de los de Mourinho, cabía pensar en un lance de estrategia o un despiste merengue. Sin embargo, el choque quedó ventilado cuando el otrora salvador Andrés se tragó un chutazo desde 30 metros del luso y, tres minutos después, Higuaín apuntilló con un gol típico suyo de vaselina tras gran asistencia de Granero.
Reacción a medias
Tras el paso por vestuarios, Osasuna necesitaba marcar cuanto antes para, al menos, meter a la afición en el envite y que el Real Madrid no viviese una plácida segunda mitad. Y Nino hizo caso a esa máxima con el primer cuero que recibió en condiciones dentro del área merengue. Roversio centró desde la derecha y el andaluz, buscándole muy bien la espalda a Arbeloa, que midió mal el envío, remató a la red en el segundo poste.
El tanto varió el escenario. Los madridistas ya no se encontraban tan desahogados e incluso Nekounam se atrevió desde la distancia a probar la manopla de Casillas que, no sin ciertos apuros, mandó a corner en el minuto 54. La grada, además, se había vuelto a meter en el choque y los merengues perdían la posesión, lo que no les impedía montar rápidas contras, pero se veían más acuciados.
Sin embargo, el encuentro se fue trastabillando y adormeciendo, lo que iba en beneficio de los visitantes, quienes también contaban con el apoyo explícito de un quisquilloso Muñiz Fernández que pitaba cada vez que un blanco caía al verde. Así, los mejores minutos rojillos quedaron dilapidados cuando Ronaldo forzó una inexistente falta al borde del área osasunista, cuyo saque lo transformó él mismo no sin suerte y polémica. La primera porque el cuero golpeó en las piernas de Lekic para despistar a Andrés y la segunda porque el arquero local protestó al haberse lanzado la falta sin que pitase el trencilla.
El 1-4 mató definitivamente las esperanzas rojillas. Los de Mendilibar bajaron el pistón y encajaron de manera inmediata el quinto, en otra jugada calcada a la de la primera diana, demostrando que el dibujo planteado por el técnico vizcaino había sido del todo erróneo, con un Roversio incapaz de frenar a Ronaldo, entre otras cosas porque el duelo estaba desequilibrado de inicio. No importaba, una vez más se volvía a demostrar que lo mejor es la afición, que coreó con estruendo hasta el final.
Lo vio todo el mundo y Mendilibar no es entrenador que se esconda en sus declaraciones, aunque sean autocríticas. Así, el técnico zaldibartarra reconoció que su equipo «ha tenido muchas dudas, sobre todo en la primera parte, puede ser que por el cambio de esquema. En este partido no nos han salido bien los cambios y el entrenador es el que elige, por lo que alguna culpa tiene que tener», admitió el técnico vizcaino.
Ello facilitó que el Real Madrid «jugase muy cómodo», pero quiso restar responsabilidades individuales «porque Raoul no ha sido el artífice de nuestro mal juego» y matizó que también fue un factor importante en la victoria blanca el que «metiesen gol en la primera opción de que dispusieron».
Aunque no quiso poner paños calientes al hecho de que el rival estuviese mejor en todos los aspectos, Mendilibar sí que quiso dejar claro que la actuación de Muñiz Fernández, que le expulsó, no fue de su agrado. Así, relató el incidente: «Hay una jugada en la que creo que nos hacen falta y no la pita. Solo levanto los brazos, pero no digo nada. Veo que él me ha visto y viene para echarme. Si me ha expulsado por eso sin avisarme, pues qué se le va a hacer».
Del mismo modo, explicó que «parecía que con el 1-3 podíamos meternos en el partido, pero una falta que te pitan a ti, el portero está poniendo la barrera y el árbitro deja sacar... En todo caso, ello no oculta que el Real Madrid ha sido mucho mejor que nosotros, pero el árbitro no ha estado fino y sabía lo que hacía». N.M.
Algo más de un centenar de seguidores madridistas de Ultra Sur se presentaron en El Sadar, lo que derivó en una trifulca con intervención policial incluida. Así, los efectivos de la Policía española repartieron porrazos y lanzaron pelotas de goma, saliendo también malparados algunos aficionados rojillos que acudieron a increpar a los ultras madrileños.
Con el partido disputado ayer, Sergio Fernández renueva automáticamente por un año más con Osasuna, al haber llegado a la cifra de la veintena de encuentros jugados, todos ellos como titular. El de Mieres fue uno de los mejores de la escuadra navarra, pese a que esta encajó la manita merengue.