Iñaki LEKUONA | Periodista
Votos interruptus
Las presidenciales están calientes. Así lo indican los sondeos que anuncian una revitalización del miembro más destacado de los candidatos: el presidente saliente que quisiera volver a ser entrante. A Sarkozy, cuyo atractivo había caído en picado en los dos últimos años, se le presuponía un gatillazo electoral. Pero desde que acontecieron los sucesos de Toulouse, el líder de la UMP ha recobrado su vigor en las encuestas a base de lanzar discursos que se acercan más al de un cabeza rapada que al de un Jefe de Estado.
Las presidenciales están calientes. Así lo indican los sondeos como ése del instituto público Ifop realizado para la web hotvideo que asegura que los electores de izquierda del jacobino Mélenchon practican sexo más diverso, y son tan liberales en esta cuestión que incluso se apuntan sin complejos al intercambio de parejas. Aunque los que más se foguean son los de la extrema derecha de Le Pen, una candidata obsesionada con repoblar el país. Y entre los más conservadores, los electores de Bayrou; un dato revelador que vendría a confirmar que el MoDem, por mucho que marque postura centrista, en realidad carga a la derecha.
Las presidenciales están calientes. Y por mucho que esta relación electoral parezca una orgía política, visto el número e ímpetu de los participantes, en realidad no es más que un simple ménage a dos, un acto plebiscitario del que el resto de candidatos saldrá insatisfecho y hasta resentido. No es de extrañar que ese sentimiento les lleve a intentar liarse en la segunda vuelta con alguno de los finalistas. En cualquier caso, para la mayoría de electores indudablemente estas presidenciales no pasarán de votos interruptus.