El grupo municipal de Bildu en el Consistorio de Gasteiz solicitará hoy que, a partir del día 26 de abril, las avenidas Juan Carlos I (Salburua) y Reina Sofia (Zabalgana) pasen a denominarse Gernika y Durango respectivamente. De este modo, la coalición abertzale quiere recordar y homenajear a las víctimas de los bombardeos fascistas que hace 75 años asolaron las citadas localidades vizcainas.

La proposición de Bildu, que será defendida en el pleno de hoy por su portavoz, Kike Fernández de Pinedo, quiere recordar un «triste episodio» en la historia de Euskal Herria. Una matanza que marcó también la imagen del aeródromo de Salburua, dado que de allí partieron las escuadrillas de apoyo a los aviones encargados de bombardear Bilbo, Otxandio, Durango y Gernika.

Sin embargo, tal como recordó el edil abertzale, «por desgracia a día de hoy no hay ni en el municipio, ni el propio barrio donde se situó el aeródromo -Salburua-, mención histórica alguna sobre los bombardeos».

Homenaje a «Lauaxeta»

Además, en la moción Bildu incluirá un punto dirigido al recuerdo del poeta Esteban Urkiaga Lauaxeta, apresado en la capital alavesa tras los bombardeos y fusilado meses después en el paredón del cementerio de Santa Isabel.

Para rendir un sincero homenaje al poeta, que también ocupo el cargo de comandante de la Ertzaintza, Bildu pedirá el apoyo del resto de corporativos para situar un busto de Lauaxeta en la zona del cementerio en la que fue fusilado.

Además, en el texto presentado por la coalición se solicita que, en un plazo máximo de dos meses, la pared de los fusilamientos -situada en la zona norte del cementerio de Santa Isabel- se adecente y se convierta en un espacio destinado a fomentar la memoria histórica entre los gasteiztarras, que en muchas casos desconocen lo ocurrido en el camposanto de Zaramaga.

De todos modos, dicha petición no es nueva para los concejales de Gasteiz. Según explicó Bildu, la misma iniciativa fue presentada por EA en diciembre del año 2010. En aquella ocasión los 27 ediles que conformaban la corporación votaron a favor de su aprobación. Sin embargo, 17 meses después, la memoria histórica quedó olvidada en un cajón.