Mikel INSAUSTI

La película del estudio Illumination es fiel al espíritu del cuento original del Dr. Seuss, por cuanto retiene su divertido e ingenioso didactismo a la hora de transmitir a los más pequeños el mensaje ecologista. Hoy en día puede parecer un discurso conservacionista perfectamente asimilado, pero cuando se publicó el libro en 1.971 tuvo en contra a los sectores más derechistas de los EE.UU, que hicieron todo lo posible para que la primera adaptación televisiva no pudiera emitirse. A pesar del tiempo transcurrido desde entonces, no han faltado otra vez críticas tendenciosas por parte de los mismos medios que hicieron campaña contra Al Gore y su documental “Una verdad incómoda”. Por lo visto no les han sentado bien los rasgos paródicos del capitalismo observables en el personaje de Alisios O’Hare, un villano especulador con un ansia destructiva de enriquecimiento inversamente proporcional a su corta estatura. Se quejan de que no fue creado por el Dr. Seuss, pero deberían entender que el largometraje necesita añadir nuevos personajes y situaciones al material sacado de un libro con ilustraciones que no pasa de las treinta páginas.

Lo que los guionistas Cinco Paul y Ken Daurio han puesto de cosecha propia no traiciona a la obra del Dr. Seuss, e incluso formalmente se ha mantenido el colorido de los dibujos y la luminosidad que los envuelve. Es de agradecer también el esfuerzo del actor Danny DeVito para poner su voz a la versión doblada, lo que ayuda a preservar la impronta de una creación muy suya, puesto que ese bichejo bigotudo que hace las veces de guardián del bosque tiene mucho de su humor cambiante y temperamental. Lo que se pierde con respecto a la versión original es debido a la imposibilidad de traducir los diálogos y las letras de las canciones, más aún cuando el Dr. Seuss escribió una serie de trabalenguas infantiles en inglés muy difíciles de encajar en otros idiomas. Sólo el autor logró hacer el milagro de transformar los árboles del Serengeti en “trúfulas”.