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Los derechos no admiten compensaci�n

El portavoz del PSE, Jos� Antonio Pastor, expres� ayer su convicci�n de que el Tribunal Constitucional va a adoptar de forma inminente una decisi�n sobre Sortu, augurando adem�s que se va a pronunciar en favor de la legalizaci�n de la formaci�n abertzale, vetada el a�o pasado por el Tribunal Supremo. En este sentido, y en referencia al hecho de que hace apenas unos d�as ese mismo tribunal aval� la doctrina 197/2006 contra los presos pol�ticos vascos, Pastor apunt� la posibilidad de que el Estado est� aplicando un �mecanismo de compensaci�n�, seg�n el cual mostrar�a su rostro m�s intransigente en el tema de los prisioneros y una actitud m�s abierta en este. El objetivo ser�a, a juicio del parlamentario del PSE, lograr una situaci�n de �equilibrio�.

De ser cierta esta estrategia, ser�a inaceptable desde cualquier punto de vista, ya que lo que se est� abordando, tanto en un caso como en el otro, es el respeto a derechos fundamentales que no admiten �compensaciones� ni dobles juegos. En el caso de Sortu, lo que est� en debate son derechos b�sicos como el de participaci�n pol�tica y el de asociaci�n, puntales de cualquier sistema que quiera cumplir unos m�nimos democr�ticos. Asimismo, la pol�tica de excepci�n que se aplica en las c�rceles vulnera no solo el derecho a la libertad, como hace la doctrina reci�n aprobada al alargar condenas que ya han sido cumplidas, sino tambi�n los derechos humanos de las personas presas. Por tanto, no puede decirse que una eventual legalizaci�n de Sortu, si se produce, restituya ning�n �equilibrio�, porque el respeto de un derecho fundamental no subsana la vulneraci�n de otro. En todo caso, la hace m�s evidente.

Si finalmente el Tribunal Constitucional decide en favor de Sortu, lo que har� ser� devolverle lo que le arrebataron. Pero se levante o no el veto legal que impuso el Tribunal Supremo a este partido, los derechos de los represaliados seguir�n siendo vulnerados. Lo mismo puede decirse del fallo del �caso Bateragune�, en un sentido o en otro. Lo que est� en juego son derechos fundamentales, y estos deben ser respetados en todos los casos, sin ninguna excepci�n.

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