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El Gobierno de Donostia opta por retirar su proyecto presupuestario

Con todas las cartas boca arriba, el Ejecutivo de Donostia ha decidido no prolongar la partida hasta la Comisión de Hacienda del próximo día 20, por lo que ayer anunció que retira su proyecto presupuestario para el ejercicio 2012. Ello implica dar continuidad a la prórroga de las cuentas de 2011, como ya se viene haciendo desde el pasado 1 de enero. Como era de esperar, Gobierno y oposición se reprocharon mutuamente no haber llegado a un acuerdo.

Imanol INTZIARTE | DONOSTIA

El Gobierno municipal de Donostia anunció ayer que retira su proyecto presupuestario para el ejercicio 2012, lo que supone dar continuidad a las cuentas del año pasado. «No nos han dejado otra opción», reseñó Jabi Vitoria, delegado de Hacienda, tras comprobar que no ha sido posible alcanzar ningún acuerdo con la oposición. A la hora de valorar las posibles consecuencias de esta decisión, Vitoria remarcó que prácticamente no afectarán al día a día.

«Mantenemos nuestra apuesta por los servicios sociales, los servicios públicos y los barrios de Donostia. Es decir, nuestra apuesta por las personas», subrayó el responsable de la Hacienda donostiarra. Obviamente, se deberá dar continuidad a los ajustes del gasto corriente ya realizados. Esta es una tarea que ya viene realizándose desde que Bildu accedió a la Alcaldía el pasado mes de junio, en vista del descenso en los ingresos.

El principal escollo será a la hora de afrontar las inversiones previstas. En primer lugar, porque de ese capítulo se deberán detraer, previsiblemente, los 8 millones más que el Consistorio tendrá que abonar a la empresa Nuevo Desarrollo Anoeta en concepto de indemnización por illunbe, tal y como decretó recientemente el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV).

A partir de ahí, el mayor reto será obtener ingresos de capital, con la venta del complejo de Illunbe como joya de la corona. Si el Ejecutivo logra ingresos por esa vía, será el momento de buscar acuerdos con alguno de los otros partidos para dar destino a esas cantidades.

La estación de autobuses y la regeneración urbanística de Txomin Enea se presentan como destinos prioritarios. «Cuando tengamos dinero, hablaremos y trataremos de llegar a un acuerdo», explicó.

PaP, Auditz Akular o Atotxa

El acuerdo presupuestario no se ha visto factible en ningún momento. El PP se desmarcó en el minuto cero y el PSE tampoco estaba excesivamente por la labor, siendo el PNV la opción prioritaria. La formación que lidera Eneko Goia, al margen del debate estrictamente económico, pretendía atar más en corto a un Ejecutivo que sufre por su minoría en el Pleno.

Finalmente, la negativa de Bildu a explicitar su rechazo al puerta a puerta fue el argumento para dar por cerrada esa vía. La siguiente puerta que se tocó fue la del PSE, pero en ese momento estalló la nueva sentencia sobre Illunbe y su portavoz Ernesto Gasco abortó la primera reunión ante las críticas del alcalde hacia la gestión del anterior primer edil, Odón Elorza.

En un segundo intento, los esfuerzos por resucitar Auditz Akular o de obligar a Bildu a apostar desde ya por la estación de autobuses de Atotxa han imposibilitado cualquier diálogo.

«Con tres enmiendas a la totalidad es inviable seguir adelante. Se les pidió hablar de presupuestos y de números, no de condiciones políticas. Es obvio que no ha sido así. Quieren que el Gobierno no respire, y para ello no les importa dejar a la ciudad sin presupuesto», opinó Jabi Vitoria.

El precio de la minoría

La oposición ve las cosas desde otro prisma. El portavoz del PSE consideró que la retirada del proyecto «es el fracaso de un Gobierno en minoría que no ha sido capaz de alcanzar acuerdos, que antepone su programa al del conjunto de la ciudad y que no ha sido capaz de dejarse pelos en la gatera».

En una línea similar, Eneko Goia (PNV) insistió en la necesidad de que «el Gobierno asuma su carácter minoritario» y criticó que no sea capaz de «salirse de los intereses marcados por la izquierda abertzale».

El portavoz jeltzale, no obstante, se mostró dispuesto a «colaborar en los ajustes que sean necesarios tanto en inversiones como en el gasto corriente» para adaptar las cuentas de 2011 a la realidad actual y recordó que los 8 millones de Illunbe no son imputables a la gestión de Bildu. «El gobierno ya conoce nuestras prioridades», entre las que citó un «plan anticrisis» o la ampliación del Kursaal.

Desde el PP, Ramón Gómez continuó clamando por la moción de censura y señaló que esto «debería llevar a algunos a reflexionar sobre la necesidad de dar un cambio de rumbo».

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