El alcalde de Mendexa, el jeltzale Jesús Anakabe, quiere que para el verano de 2014 esté en servicio el estacionamiento de Karraspio, asociado a una operación urbanística permitida por la Diputación vizcaina al aprobar la modificación de las Normas Subsidiarias (NNSS) en el área de Vista Alegre, una zona privilegiada en la atalaya encima del arenal. No es la primera ocasión en la que los propietarios de esos terrenos pretenden edificar en ellos, aunque ahora lo han conseguido al ofrecer la cesión del terreno donde se emplazará el parking.

La operación se gestó en el anterior mandado entre la Gestora -copada por el PNV gracias al apartheid que sufrió la izquierda abertzale en los comicios municipales de 2007- y Promociones Ichaso-Aldegui SL. Begoña Zilloniz, edil de Bildu, recuerda cómo se aprobó una semana antes de las elecciones del 22M y remarca que el parking de Karraspio no solucionará los problemas de tráfico que sufren en verano. «Además, los gastos derivados del aparcamiento recaerán sobre el Ayuntamiento», aclara.

Hace tres años, en Lekeitio, el Consistorio habilitó dos estacionamientos para acoger a 300 vehículos y evitar los problemas en el periodo estival. «Si construyen el parking en Karraspio, esos aparcamientos no servirán para nada, porque la gente volverá a ir en coche hasta la playa creyendo que tiene sitio para aparcar. Y si van a Karraspio -advierte el lekeitiarra Isidro Salinas-, tienen que cruzar Lekeitio».

Tampoco ve en el futuro parking la solución el mendexarra José Luis Guenaga. «Como mucho, acogerá al 5% de los coches que vengan en verano. La solución no es esta. Desde Etxebarria y Berriatua, por ejemplo, en verano ponen autobuses hasta Karraspio y esa sí es una forma eficaz de evitar que la gente venga en coche. Bizkaibus podría duplicar el servicio en las horas punta», propone este vecino.

Guenaga estima que el aparcamiento oculta el verdadero objetivo de la operación, que los propietarios de los terrenos de Vista Alegre edifiquen viviendas. Extremo en el que coincide el grupo de personas que se dieron cita junto al arenal para exponer los argumentos para oponerse a la controvertida operación urbanística.

Otra vecina, Iria Epaltza, incide en que las viviendas que se edificarán en esta zona privilegiada de la costa vizcaina no serán de protección oficial, «y seguramente no serán para la gente de aquí». La reflexión de la joven va más allá: «En Karraspio no hay panaderías, fruterías, servicios... para vivir con todo lo necesario. Están los núcleos de Mendexa y Lekeitio, donde abundan las casas vacías, incluso de nueva construcción, que en su día se hicieron para que fueran primera vivienda. Esta monstruosidad aquí -enfatiza- no tiene ningún sentido».

Zilloniz aporta la postura de Bildu en materia de vivienda, desvelando que la apuesta de los promotores es especulativa. «El tipo de casas que se construirá tampoco es el que Mendexa necesita. Llevamos tiempo reclamando viviendas sociales o de alquiler social para los jóvenes», manifiesta. En caso de edificar, la coalición soberanista propone hacerlo en el núcleo urbano del municipio. «Estas casas está claro que serán para que la gente venga a pasar el verano», puntualiza.

Tala de árboles «en silencio»

«Aquí -señala Karmelo Jaio, integrante del colectivo ecologista Ekozain- hubo un jardín, que ha desaparecido. Lentamente y en silencio, han ido talando los árboles, por los cuales, en su día no se dio permiso para poder construir aquí». «Si el bosque hubiera seguido en pie, no habrían podido desarrollar el proyecto. Ya casi no hay árboles», lamenta apenado.

La reflexión de Jaio va más allá del caso concreto de Mendexa. «En Euskal Herria hay poca tierra y debemos cuidar lo poco que tenemos planificando en base a criterios sostenibles. Teniendo poco terreno, no tiene sentido sacar las viviendas a dos kilómetros del núcleo urbano y ocupar tierras rurales», explica el ecologista. Opuesto a los criterios que se sigue en materia urbanística y de planificación de infraestructuras, remarca que «es muy agresiva. En poco tiempo se consume demasiada tierra. Teniendo espacio en el núcleo urbano, no es sostenible construir y ocupar suelo rural».

La opinión de Epaltza trata de completar lo dicho por el miembro de Ekozain. «Nos venden el proyecto diciendo que construirán un parque, pero ¿para qué queremos aquí un parque artificial, con la naturaleza que nos rodea?», comenta, a la vez que abre los brazos para tratar de abarcar la imagen de la playa de Karraspio y sus alrededores. «Nosotros lo que queremos es que Mendexa sea un pueblo para sus habitantes, y los vecinos ya tenemos dos piernas para subir y bajar a la playa. No necesitamos el parking, y menos el que nos quieren construir, porque no va a solucionar nada».

Este es uno de los argumentos en el que insisten quienes se oponen, a pesar de que los miembros del PNV que estuvieron al frente de la Gestora y los que ahora gobiernan el Ayuntamiento estimen que es el principal beneficio. Quienes lo rechazan, reiteran que con 125 plazas poco se puede hacer para atender a los cientos de miles de bañistas que anualmente se acercan hasta Karraspio. Según las propias estadísticas forales, rozan las 600.000 personas a lo largo de una campaña estival.

La alternativa, a la que los responsables municipales y forales llevan haciendo oídos sordos hace ya tiempo, es articular un plan global, en el que el transporte público, así como la mejora del acceso a pie y en bicicleta sea fundamental, teniendo en cuenta que es solo para los meses de verano. El objetivo principal que tratarían de perseguir es proteger y respetar el entorno de Karraspio y del cauce del río Lea.