Siria pide garantías a la oposición armada antes de retirar sus tropas
Siria anunció ayer que no retirará sus tropas de las ciudades hasta recibir «garantías escritas» de la oposición armada de que pondrá fin a la violencia, a dos días de la fecha límite fijada por Kofi Annan en su plan de paz para el inicio de un repliegue que debería favorecer el cese total de la violencia por ambas partes 48 horas después. Annan tachó de «inaceptable» la escalada de violencia de las últimas horas.
GARA | DAMASCO
Siria condicionó ayer el cumplimiento del plan del enviado especial de la ONU y la Liga Árabe, Kofi Annan, que incluye la retirada de sus tropas de los núcleos urbanos y un alto el fuego por ambas partes, al cese de la violencia de la oposición armada. El portavoz del Ministerio sirio de Exteriores, Jihad Maqdesi, señaló, dos días antes de que venza el plazo, que Annan no ha presentado «garantías escritas» sobre la aceptación del fin de la violencia y la entrega de las armas por parte de los rebeldes ni el compromiso de Qatar, Arabia Saudí y Turquía para dejar de financiarles. Según el ultimátum, Siria tiene hasta mañana para retirar sus tropas y hasta el día 12 para poner fin a la violencia.
El líder de Ejército Libre Sirio (ELS), el coronel Riad al-Asaad, declaró a Reuters que el plan de Annan está destinado al fracaso porque el Gobierno sirio no lo pondrá en práctica y desmintió al Ejecutivo al asegurar que no les han pedido garantías por escrito de que van a poner fin a la violencia. En cualquier caso, subrayó que su organización da garantías a la llamada comunidad internacional y no a Damasco. «Hemos dado nuestra palabra de que si el régimen se compromete con el plan nosotros también. Somos honestos», señaló.
Su número dos, Malek Kurdi, rechazó la condición planteada y exigió que primero el régimen de Bashar al-Assad presente garantías de que ha cumplido con su compromiso de poner fin a la violencia. «Si el régimen quiere comprometerse con el alto el fuego y la liberación de los detenidos, que presente garantías de los países miembros del Consejo de Seguridad de que va a hacerlo, y luego nosotros las presentaremos también», declaró a Efe.
Respecto al ultimátum en cuanto al plazo, Maqdesi aseguró que las declaraciones del enviado especial se interpretaron de manera «errónea» cuando esta semana aseguró ante el Consejo de Seguridad de la ONU que Siria había aceptado una fecha límite para aplicar su plan de mediación. «Decir que Siria va a retirar a sus fuerzas de las ciudades el 10 de abril es inexacto», indicó.
Con las reservas de hoy, el régimen sirio condicionó su compromiso al plan de paz, al tiempo que recordó el fracaso de la anterior misión de observadores de la Liga Árabe, que apenas permaneció un mes en el país hasta el pasado enero debido al repunte de la violencia.
Maqdesi destacó que Siria «no repetirá lo que sucedió en el pasado, cuando aceptó retirarse ante la llegada de los observadores internacionales, momento que los terroristas aprovecharon para reorganizarse y ampliar su control sobre barrios enteros» para atentar contra la población.
Al respecto, el ELS aseguró que su bando se comprometió con la iniciativa de la Liga Árabe y puso fin a la violencia, mientras que el régimen infringió esos acuerdo.
Pese a las esperanzas depositadas en el plan de Annan, la represión prosiguió ayer en el país, donde, según los opositores Comités de Coordinación Local, fallecieron al menos 37 personas, la mayoría en la provincia central de Hama.
Desde Ginebra, Annan mostró su consternación por el aumento de la violencia y pidió al régimen de Al-Assad que cumpla con los compromisos adquiridos. Estas acciones «violan lo acordado conmigo», aclaró Annan, quien consideró «inaceptable» el incremento de las hostilidades a escasos días de que expire el plazo dado a las partes en conflicto.
En el país se encuentra un equipo de observadores de la ONU para estudiar con las autoridades el futuro despliegue de una misión de supervisión y el seguimiento del plan de paz.
El Consejo Nacional Sirio (CNS), la principal coalición de la oposición siria, instó a Naciones Unidas a que intervenir «urgentemente» para poner fin a la «catástrofe humanitaria provocada por el régimen en contra del pueblo sirio desarmado, adoptando una resolución (vinculante) bajo el artículo 7 para garantizar la defensa de civiles».
Turquía, preocupada por la afluencia de refugiados sirios en su territorio, que cifra en más de 24.500, amenaza con tomar «medidas» si el régimen de Bashar al-Assad no pone fin a la violencia y pide la «intervención» de la comunidad internacional ante esta situación.
Antes de conocer las últimas exigencias de Damasco, el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, afirmó que su país esperará «pacientemente» a que se cumpla el plazo del 10 de abril dado por la ONU, pero advirtió de que «vamos a tomar medidas» si la violencia no se detiene, aunque no especificó cuáles. Una de ellas, según los medios turcos, podría ser el establecimiento de una «zona tapón» a lo largo de la frontera, para impedir la llegada de más refugiados, pero eso implicaría la entrada de tropas turcas o de otros países en territorio sirio y significaría la internacionalización del conflicto en una región ya convulsa.
Desde el jueves, han llegado a Turquía al menos 4.000 sirios, huyendo de los bombardeos con los que el Ejército de Al-Assad parece querer acabar con la rebelión antes de la fecha límite del 10 de abril. Ankara invitó a la ONU y a Kofi Annan a Turquía para observar la situación de las víctimas del conflicto sirio refugiadas allí. GARA