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LAB fomentará acuerdos para que la reforma laboral no se aplique en Euskal Herria

Tras el éxito de la huelga general del 29 de marzo, el sindicato LAB considera que se ha marcado un antes y un después en el devenir sindical y señala que son tres los retos a los que se enfrenta ahora: democratizar las relaciones sindicales, trabajar para alcanzar acuerdos que impidan la aplicación de la reforma laboral y dar pasos hacia un cambio de modelo político y social en el que no caben las políticas de recorte impuestas por los diferentes gobiernos.

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El portavoz de LAB en Nafarroa, Igor Arroyo, y el secretario general adjunto de la central, Jabi Garnika, comparecieron ayer en Iruñea para explicar cuáles son las dinámicas que la central emprenderá próximamente. Así tras el rechazo a la reforma laboral mostrado en la huelga general, LAB volverá a las mesas negociadoras para impedir que la reforma afecte a los trabajadores de Euskal Herria.

«Con la huelga no se termina nada, sino que se inicia una nueva fase de lucha para invalidar la reforma laboral, en Nafarroa, en Euskal Herria, sector a sector y empresa a empresa», señaló Arroyo. Por ello, la central trabajará en las mesas negociadoras para que se apliquen los convenios provinciales.

Según Arroyo, el sindicato tiene como objetivo llevar la capacidad movilizadora demostrada en la huelga a cada sector y defender de manera «férrea» los convenios provinciales. En este sentido, el sindicato mostró su disposición para generar dinámicas movilizadoras «unitarias». Para comenzar, abogó por hacerlo en aquellos sectores donde la negociación está abierta, como son el Metal o la Limpieza. «Vamos a volver a las mesas con propuestas y agenda movilizadora», aseguró Arroyo.

En referencia a la apuesta por impulsar dinámicas unitarias, Arroyo señaló que es imprescindible acabar con el «apartheid sindical». Según afirmó, «hace tan solo unos meses, el sindicalismo abertzale era denostado y marginado por los actores del diálogo social». Sin embargo, LAB considera que tras la «histórica» respuesta de la huelga general, no cabe duda de que es un actor decisivo en Nafarroa. Tras responsabilizar a UGT y CCOO de legitimar un modelo de sindicalismo excluyente, instó a democratizar las relaciones laborales.

Amplio desacuerdo

Más allá del rechazo a la reforma laboral, Garnika puntualizó que la huelga general no fue un hecho aislado, sino que era el fruto de las numerosas dinámicas movilizadoras llevadas a cabo en los últimos años.

Es por ello que quiso recordar que el 29M la sociedad dijo no a otras muchas políticas entre las que destacó «la gestión que el poder político está haciendo de esta crisis, las políticas que están generando la pérdida de miles de puestos de trabajo, la financiación con dinero público a la banca por parte del poder político, la dinámica de desahucios que aplica la banca, la desregulación de la negociación colectiva, el desmantelamiento del sector público, la desaparición del sistema de bienestar social y la reforma del sistema sanitario y educativo».

La central reiteró su desacuerdo con todas estas medidas y exigió a los Gobiernos de Lakua y Nafarroa que no apliquen estas medidas. Concretamente, afirmó que «tras la huelga general ha quedado constatado que el Gobierno navarro discurre en dirección contraria» y citó como ejemplo los recortes en sanidad, educación, renta básica o atención a la dependencia. Así las cosas, Garnika consideró que el Ejecutivo ha quedado desautorizado, razón por la que reclamó su dimisión.

Hacia un nuevo modelo

Para los portavoces de LAB, todas estas «imposiciones» no tienen en cuenta la realidad socio económica de Euskal Herria y reclamaron otro tipo de políticas. Para ello, consideró imprescindible emprender «un recorrido propio al margen de las políticas que está impulsando el Gobierno del PP desde Madrid», ya que tal y como reiteró Garnika, «la realidad política, socio económica y sindical del Estado español poco o nada tiene que ver con la realidad de Euskal Herria».

En su opinión, la amplia respuesta obtenida en la huelga general constata la idea de que las medidas impuestas desde Madrid no cuentan con el apoyo de la mayoría de la sociedad. «La confluencia sindical, social, política e institucional que se dio en torno a la huelga general permitió visualizar claramente la soledad de los partidos de derechas ya sean regionalistas o estatales, así como la de la patronal, en la defensa de sus postulados», sentenció.

Al mismo tiempo, destacó que sectores del ámbito político que en anteriores ocasiones han acusado a LAB de hacer huelgas políticas o de actuar de manera alarmista, han compartido con la central abertzale la necesidad de dar una respuesta y buscar otro tipo de alternativas.

En definitiva, Arroyo y Garnika hicieron un llamamiento a construir «otro tipo de políticas que nos permitan abordar esta crisis desde otros parámetros donde primen los intereses generales por encima de los intereses económicos y partidistas de unos pocos».

Dimisión

LAB señaló que que el Gobierno navarro ha quedado desautorizado con los recortes sociales que está llevando a cabo en sanidad, educación, renta básica y atención a la dependencia, por lo que reclamó su dimisión.

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