Como era previsible, Lagun Aro GBC no pudo dar la sorpresa en la cancha del Barcelona. Una vez más, la defensa de los de Xavi Pascual creó un «chocolate» lo suficientemente espeso para enfangar a su rival. En este caso, los pupilos de Sito Alonso nada pudieron hacer, ya que sus líderes -por mucho que Panko lograra 16 tantos- estuvieron muy bien atados. Solo Raulzinho Neto y Javi Salgado, así como Andy Betts se pudieron escapar, y en contadas ocasiones, del control culé, y así es casi imposible ganar en el Palau Blaugrana.

Como botón de muestra, cabe destacar el escasísimo número de asistencias del cuadro donostiarra -por 16 del Barcelona-. Los de Sito Alonso solamente sumaron cinco pases de canasta, cuando su promedio es de 13,61, siendo el sexto mejor equipo de la ACB. Incapaces, asimismo, de lanzar transiciones -perdieron la pelea por el rebote por 38 a 27-, los guipuzcoanos debieron jugar casi exclusivamente al cinco contra cinco. En el ataque estático los porcentuales de tiro tampoco fueron buenos -5 de 23 en triples-, con una mención especial al mal día de Baron -2 de 9 en tiros de campo, con 0 de 5 en triples- y Sergi Vidal -2 de 10, con 0 de 5 en lanzamientos de dos-.

Obviamente, el Barcelona no solo destaca en defensa. En la faceta atacante, la pareja compuesta por Fran Vázquez -autor de 12 puntos, con cuatro mates en el lote- y Juan Carlos Navarro -que sumó 5 asistencias a sus 17 tantos- fue el principal dolor de cabeza de un Lagun Aro GBC que, tras la derrota de ayer, pierde la cuarta posición de la Liga.

Las cosas se torcieron desde el inicio. El buen arranque de Marcelinho Huertas, que logró 10 de sus 14 tantos en el primer período, guió un partido sin mucha historia, donde los culés lo tenían todo bajo control para el tiempo de descanso, al que se llegó con 43-30 en el marcador.

El paso por el vestuario le vino bien a un Gipuzkoa Basket que estabilizó su desventaja alrededor de los 10 puntos, aunque sin romper del todo la famosa «barrera psicológica». En esos minutos, además, se pudo ver el debut con la camiseta donostiarra de Yaroslav Korolev. El ruso aportó tres rebotes en sus seis minutos de juego. En el cuarto final, la irrupción del mejor Navarro impidió que los de Sito Alonso tuvieran opciones. Con el partido decidido, debutaba el joven Joan Creus, hijo del mítico base del Granollers, Barcelona y TDK Manresa.