La ofensiva talibán llega a las embajadas occidentales
La «ofensiva de primavera» de los talibán afganos golpeó el centro de Kabul atacando varias embajadas occidentales, entre ellas las de Estados Unidos, Gran Bretaña y Alemania, además del Parlamento del país.
GARA | KABUL
Los talibanes afganos desencadenaron ayer su «ofensiva de primavera» con seis ataques kamikaze, tres de ellos en pleno corazón de Kabul. El Gobierno afgano calculó que al menos 19 de los insurgentes murieron en la operación, mientras 14 policías y nueve civiles resultaron heridos. Durante la noche en Kabul, aún se escuchaban disparos y explosiones en el centro, en torno a algunos edificios donde resistían los asaltantes.
Todo comenzó cerca de las 14.00, hora local, con explosiones y disparos de armas automáticas en el barrio donde se encuentran las embajadas occidentales. A la vez, kamikazes equipados con chalecos llenos de explosivos intentaron entrar en el recinto del Parlamento, pero las fuerzas de seguridad los repelieron, según la policía.
En la acción incluso un diputado afgano, Haji Lalai, explicó a Efe que él y sus guardaespaldas intercambiaron disparos desde el tejado del Parlamento con los insurgentes, que se refugiaron en un edificio adyacente.
En otro distrito, los atacantes con armas automáticas y lanzacohetes se apoderaron de un edificio junto a un gran hotel de nueva construcción, el Kabul Star, a menos de 100 metros de la entrada de alta seguridad de una sucesión de embajadas y una base de la fuerza internacional de la OTAN (ISAF).
El recinto de las embajadas de Alemania y Japón fueron dañados por cohetes. La embajada británica recibió el impacto de al menos dos proyectiles, uno de los cuales estalló contra una torre de vigilancia. La ISAF confirmó que las representaciones diplomáticas estadounidense, británica y alemana fueron objetivos del ataque. En la embajada francesa, el personal se refugió en los sótanos blindados. La embajada de los Estados Unidos puso en marcha sus sirenas a los primeros disparos, y confinó a su personal, «a salvo», explicó su portavoz a France Press.
Los servicios de inteligencia afganos aseguraron que uno de los dos vicepresidentes del país, Mohammad Karim Khalili, había sido el blanco de un grupo de asaltantes, de acuerdo con las confesiones de tres de ellos capturados.
Contra una base de EEUU
Fuera de Kabul, milicianos suicidas atacaron edificios del Gobierno, la Policía y una base de Estados Unidos en la provincia de Logar, al sur de la capital, según fuentes policiales.
Minutos después, varias personas resultaron heridas cuando tres kamikazes suicidas detonaron sus bombas en la entrada al aeropuerto de Jalalabad, al este, que alberga una de las mayores bases aéreas de la ISAF.
Por último, en Gardez, también en el este, varios talibanes atacaron un centro de formación para la policía, hiriendo al menos a cuatro civiles.
«El gobierno de Kabul y las fuerzas invasoras habían dicho hace algún tiempo que los talibanes no podrían poner en marcha la ofensiva de primavera. Los ataques de hoy marcan el comienzo de la ofensiva de primavera», reivindicó Zabihullah Mujahed, portavoz de los talibanes.
A menos de dos años de la retirada de las tropas de ocupación, la insurgencia talibán ha multiplicado sus ataques y cada vez se muestra más audaz llegando al corazón de Kabul, transformada en un campo atrincherado, y extendiendo de hecho la insurgencia a todo el territorio afgano. Ya en setiembre pasado los talibanes lanzaron ataques coordinados en la capital, entre ellos contra la embajada de EEUU y la base militar de la OTAN, en combates que duraron 19 horas y dejaron 14 muertos.
El portavoz talibán, Zabihulá Muyahid, amenazó con nuevos ataques y afirmó que la oleada de ayer supone una venganza por la quema de copias del Corán, la muerte de 17 civiles por un soldado estadounidense en Kandahar y por los vídeos en los que aparecen marines estadounidenses orinando sobre milicianos talibán muertos.
Los talibanes paquistaníes liberaron al menos a 384 presos, muchos de ellos insurgentes, de una cárcel de la ciudad de Bannu, al noroeste de Pakistán. Los atacantes estaban provistos de granadas y armas ligeras y pesadas, y causaron heridas a al menos siete miembros del equipo de seguridad. El movimiento Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP) reivindicó al acción.
El embajador de Estados Unidos en Afganistán, Ryan Crocker, felicitó a las fuerzas afganas por la respuesta a la ola de ataques llevada a cabo ayer en Kabul, que según el diplomático, podrían haber sido cometidos por miembros de la red islamista Haqqani, estrecho colaborador de los talibán, porque, a su entender, los talibán carecen de la coordinación y conocimiento técnico necesarios para este tipo de ataques simultáneos.
El diplomático elogió a las fuerzas de seguridad afganas por su capacidad para enfrentarse a la insurgencia a menos de dos años de la retirada de tropas ocupantes. «Lo que hemos visto hoy ha sido una respuesta muy profesional de las fuerzas de seguridad de Afganistán», declaró. «Son capaces de lidiar con situaciones como esta y es un indicio muy claro de que están progresando», añadió, en declaraciones a la cadena CNN.
En la misma línea, la ISAF minimizó los ataques asegurando que fueron «ineficaces» y que no tuvo que actuar. También el Ministerio del Interior afgano apuntó a la posible implicación de Haqqani, como posible responsable de la oleada de atentados. GARA