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Ofensiva de primavera en el corazón de Kabul

Una oleada de ataques coordinados en el corazón de Kabul y en otras tres provincias del este afgano, con objetivos tan sensibles como el principal cuartel de la OTAN, el área diplomática y las embajadas alemana y británica o el Parlamento han dado la bienvenida a la ya tradicional ofensiva de primavera talibán. Los testimonios hablan de parlamentarios disparando desde los tejados anexos, columnas de humo visibles en toda la ciudad y explosiones y tiroteos que no cesan. Estas espectaculares acciones son la enésima prueba de una situación que, lejos de estar estabilizada como afirman los ocupantes, es extremadamente volátil. Y retrata a una insurgencia con capacidad de atacar donde quiera, que tras más de una década de guerra contra la más formidable maquinaria bélica del planeta ha conseguido que esta no pueda cantar victoria ni presentar éxitos sustanciales como justificación de su anunciada y próxima retirada.

De hecho, Afganistán es -como antes lo fue para británicos y soviéticos- un cepo en el que EEUU ha sido atrapado irremediablemente. Y presenta un dilema de difícil solución. A saber: si siguen ocupando el país, corren el riesgo de desangrarse; si salen, el riesgo de perderlo todo. La administración títere y corrupta que impusieron no aguantaría al empuje de la insurgencia.

De ahí que los EEUU estén decididos a multiplicar las aperturas -negociación directa con los talibanes- para poder cerrar un acuerdo para Afganistán que les permita encarar la retirada. Una maniobra logística masiva, por otra parte, nada sencilla y segura. Tampoco es ajeno el hecho de que este sea un año electoral en EEUU, con el presidente jugándose su reelección. El espectro de la ofensiva del Tet en Vietnam, allá por 1968, está de vuelta y ha vuelto para quedarse. La gran cantidad de soldados muertos, unos 1000, nunca fue digerido por el pueblo estadounidense, el rechazo a la guerra se acrecentó y ello supuso un giro de la guerra hacia la derrota de la coalición. Parece aventurado hacer la analogía mecánica y decir que la historia se repite en Afganistán; pero no que esta rime.

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