El pasado jueves el consejero de Interior de Lakua y el director de la Ertzaintza, en su comparecencia en el Parlamento de Gasteiz, en lugar de ofrecer las explicaciones requeridas, intentaron justificar la actuación, una semana antes, de la Ertzaintza a consecuencia de la cual murió Iñigo Cabacas. Una información que ayer ofrecía «El Mundo» pretendía lo mismo.

Afirmaba en primera página: «La Ertzaintza, tras los `skins' que provocaron la carga en la que murió Cabacas». Y aclaraba que «La Policía Autonómica investiga a un grupo de 20 cabezas rapadas de extrema izquierda». Parece que ese diario tiene fijación con la «extrema izquierda». En páginas interiores, se refería a ese supuesto grupo «violento de `skins' que actúa en Bilbao», y que, según aseguraba, «Provocaron la pelea previa a la carga policial en la que murió Iñigo Cabacas». Si ustedes están pensando que da la impresión de que quieren responsabilizar a ese grupo de los sucesos en los que resultó muerto Iñigo Cabacas, aciertan. Lean el comienzo de la información: «La Ertzaintza investiga a un grupo de unos 20 redskins, cabezas rapadas de extrema izquierda, `excesivamente violentos' que, rigurosamente uniformados, provocan incidentes antes y después de muchos de los partidos del Athletic de Bilbao, especialmente si son europeos». Qué casualidad, como el de aquel día. Y continuaba: «Se les sitúa en el callejón de María Díaz de Haro tras el partido de Europa League entre los rojiblancos y el Schalke 04 del jueves 5 de abril, donde se originó una pelea que obligó a intervenir a la Policía con material antidisturbios y donde cayó gravemente herido Íñigo Cabacas, que falleció 72 horas después». Es decir, que la Ertzaintza actuó de ese modo porque le obligaron.

Posteriormente decía que los encapuchados a los que el director de la Ertzaintza se había referido en su comparecencia pertenecían a ese grupo y que «cerca del callejón, además, se halló una porra extensible». Muy bien, que investiguen, pero la muerte de Cabacas no la provocó ninguna pelea, ni tampoco una porra extensible, sino un pelotazo de la Ertzaintza en una intervención desproporcionada e innecesaria de ese cuerpo policial. E intentar justificarla, lo haga el consejero de Interior o «El Mundo», es sencillamente inadmisible.