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La Audiencia Nacional defiende su pervivencia tras el cese definitivo de ETA

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Alberto PRADILLA | MADRID

«La pregunta que habremos de hacernos, y que ya se hace desde diversos sectores, es cuál ha de ser el futuro de la Audiencia Nacional. En este sentido, diversas voces que merecen mi máximo respeto abogan por su desaparición. Sin embargo, considero que la experiencia acumulada por este tribunal aconseja su mantenimiento en lo que respecta a la Sala de lo Penal». El presidente del tribunal de excepción español, Ángel Juanes, reivindicó ayer la supervivencia de este órgano judicial tras el cese definitivo de la lucha armada de ETA. Lo hizo durante la toma de posesión de Fernando Grande-Marlaska como jefe de la sala de lo Penal. El acto, celebrado en la sede de la calle Génova, constituyó una reivindicación del papel de la Audiencia Nacional, heredera del Tribunal de Orden Público franquista, más allá de la persecución del independentismo vasco, que ha sido y es su principal cometido.

«Las sociedades cambian y la española también, por cuya razón, la Audiencia Nacional debe cambiar en su estructura y organización, sobre todo en su ámbito competencial», aseguró en su discurso Juanes. «Una de las razones, aunque no la única, de la creación de la Audiencia Nacional como tribunal especializado, que no especial, fue el terrorismo», llegó a afirmar su presidente.

Para garantizar su supervivencia, Juanes defendió acomodar su actividad a otros ámbitos no relacionados con el conflicto vasco como la «falsificación de moneda, tarjeta de crédito, tráfico de drogas o maquinaciones para alterar precios».

Tanto Juanes como el propio Grande-Marlaska trataron de marcar distancias respecto al origen franquista de la Audiencia Nacional española y su papel en la aplicación de leyes excepcionales. Al igual que su presidente, el ya nombrado jefe de la Sala de lo Penal defendió el tribunal de excepción como garante de «una jurisdicción especializada, nunca especial». En este sentido, Grande-Marlaska rechazó vincular la Audiencia con el Tribunal de Orden Público que actuó durante la dictadura franquista a pesar de que el desmantelamiento de esta última instancia llegó el mismo día en el que se ponían en marcha las actuales salas. Incluso Grande-Marlaska defendió el ámbito de los «derechos humanos» como base para su actuación, obviando las insistentes denuncias por torturas recibidas en diferentes tribunales.

Oficina de víctimas

En su intervención, el juez que ha dirigido la sección tercera de la Audiencia española remarcó que «siguen pendientes plurales causas que deben enjuiciarse» e instó a seguir con los sumarios «tratando de evitar prescripciones».

En este sentido, ubicó como una de sus prioridades la «potenciación de la Oficina de Víctimas», que dará competencias a este colectivo a la hora de influir en las causas. Una declaración que apunta que el tribunal seguirá su actividad sin tomar en cuenta el nuevo ciclo abierto en Euskal Herria, tal y como ya ocurrió en anteriores procesos.

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