La llegada de observadores a Siria coincide con un repunte violento
La llegada del primer grupo de observadores de la ONU que debe evaluar el frágil alto el fuego en Siria ha coincidido con un repunte de la violencia al intensificarse los combates entre soldados del Ejército y desertores y reanudarse, según denunciaron grupos de la oposición, los bombardeos sobre las provincias de Homs, Idleb y Hama.
GARA | DAMASCO
Los primeros observadores de Naciones Unidas, llegados el domingo por la noche a Siria, debían comenzar ayer su misión de evaluación del alto el fuego, pero el rebrote de los violentos combates entre soldados y desertores y la reanudación de la ofensiva de las tropas leales a Bashar al-Assad contra los principales bastiones opositores de Homs, Idleb y Hama alimentaban las dudas sobre la aplicación de la tregua. La oposición denunció la muerte de al menos nueve personas ayer, mientras embajadores occidentales expresaban sus dudas sobre la voluntad de Al-Assad de poner fin a la represión.
La misión de la ONU, aprobada de forma unánime el sábado por el Consejo de Seguridad, es considerada de alto riesgo para los seis observadores desarmados que, bajo la dirección del coronel marroquí Ahmed Himmiche, ya se encuentran en el país, y a los que se unirán otros hasta alcanzar la cifra total de 30 militares desarmados y sin una protección militar, y cuya seguridad será responsabilidad de Damasco.
El enviado de la ONU y la Liga Árabe, Kofi Annan, desea el envío a corto plazo de más de 200 observadores al país, pero eso requerirá una nueva resolución y el cese total de la violencia.
«No hay un alto el fuego y ni siquiera un inicio de proceso político: esta será una de las misiones más difíciles que haya emprendido la ONU», estimó un diplomático de esta organización, pese a haberse reducido el número de muertos diarios con la entrada en vigor de la tregua, tras meses en los que dichos muertos se contaban por decenas. De acuerdo con el Observatorio Sirio de Derechos Hu manos, la violencia se ha cobrado un centenar de muertes desde el inicio de la tregua, en la mañana del jueves.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió ayer «moderación absoluta» a las autoridades sirias y llamó a la oposición a «cooperar plenamente», tras estimar que «la mínima chispa puede poner fin a un proceso frágil de alto el fuego».
La primera tarea de los observadores será «establecer un cuartel general operativo» en Damasco y ponerse en contacto con el Gobierno y la oposición para explicar su papel antes de desplazarse a otras ciudades.
Según los activistas opositores, los tanques siguen en las ciudades y el Ejército no ha levantado sus controles. Además, continúan las detenciones.
La ONU dijo haber recibido denuncias de bombardeos y detenciones por parte de las fuerzas de seguridad sirias y de abusos por parte de los movimientos opositores después del jueves 12 de abril.