«Lotu borrokari. Langileon Euskal Herria helburu», este es el lema elegido por el sindicato LAB de cara al Primero de Mayo. La secretaria general de la central, Ainhoa Etxaide, y la secretaria de Comunicación, Sonia González, explicaron que han decidido centrarse en las comarcas, donde han organizado más de veinte movilizaciones para rechazar los recortes impuestos desde Madrid y reivindicar que la salida a la crisis económica debe decidirse en Euskal Herria.

En total se llevarán a cabo 23 movilizaciones. En Bizkaia tendrán lugar en Bilbo, Arrigorriaga, Astrabudua, Durango, Sestao, Lekeitio y Gernika. En Gipuzkoa las movilizaciones se centrarán en Donostia, Tolosa, Azkoitia, Irun y Eibar. Gasteiz, Oion y Aiara serán los centros de movilización en Araba e Iruñea, Altsasu, Lizarra, Tafalla y Tutera los de Nafarroa. En Ipar Euskal Herria se celebrarán tres actos, en Baiona, Hendaia y Maule, respectivamente.

Esta apuesta de LAB por la movilización comarcal responde a una razón. Según explicó González, ante los recortes que día tras día está imponiendo Rajoy LAB considera necesario llevar las movilizaciones de las empresas a la calle y que sean aquellos trabajadores que están sufriendo directamente las consecuencias de las reformas y que día a día luchan en sus centros de trabajo los que reivindiquen su derecho a decidir.

La base del 29-M

La secretaria de Comunicación de LAB declaró que el desempleo es un problema social y recordó que la respuesta popular dada el 29 de marzo dejó claro que una amplia mayoría de la sociedad está dispuesta a luchar contra ello. «No es momento de autocomplacencia», apuntó González, quien reiteró que ante los ataques a los servicios y derechos sociales es «imprescindible» dar una respuesta contundente.

Además, alertó de que se avecinan nuevos recortes y reformas que buscan «la destrucción del empleo a costa del negocio». Sobre las declaraciones de Rajoy alegando que no hay dinero para financiar los servicios públicos, recordó que cada vez menos personas tienen acceso a las prestaciones sociales. Explicó que recientemente Rajoy ha anunciado que el próximo paso es la aplicación de un plan contra el fraude en la Seguridad Social, algo que consideró «vergonzoso» ya que con ello solo se va a afectar a la mayoría social más débil y que más necesita de los servicios sociales.

«Los verdaderos defraudadores son los que llevan trajes», sentenció González e hizo un llamamiento a Rajoy a que dirija su mirada «al gran negocio de la Sanidad y las farmacéuticas» en lugar de recortar mediante el copago de las recetas.

Una salida desde Euskal Herria

Etxaide por su parte resumió las tres luchas principales de la clase trabajadora: el empleo, la protección social y los servicios públicos. «Tenemos que construir sobre estos principios las soluciones que reclamamos los trabajadores», señaló. Para Etxaide existen las bases necesarias para reivindicar unas políticas más justas en estos ambitos y añadió que la mayoría de la sociedad ha apoyado estos principios y que la solución debe avanzar hacia la construcción de un sistema propio para Euskal Herria.

Etxaide advirtió que hay dos cuestiones que la clase trabajadoras tiene muy claras. Por un lado, que no creen que las políticas que está aplicando Rajoy sean las únicas posibles ni que vayan a servir para salir de la crisis. «Un recorte trae otro recorte», apostilló.

En este sentido, denunció los últimos tijeretazos que ha impuesto el PP en Sanidad y Educación y señaló que mientras Rajoy defiende que mediante estas medidas quiere ahorrar 10.000 millones de euros, el coste del Tren de Alta Velocidad es de 9.000 millones de euros, «algo que no hemos pedido», concretó. También quiso recordar que una de las industrias más rentables es la farmacéutica y reprochó que, mientras se afirma que no hay dinero para los servicios públicos, se destinan créditos a la banca.

Por otro lado, Etxaide marcó otro principio fundamental para los trabajadores vascos: «No aceptamos el camino de las imposiciones». Criticó que la gestión de la crisis está siendo totalmente antidemocrática, por lo que, en su opinión, no cabe más que pensar que el resultado también lo será. «Es un suicidio económico y social para Euskal Herria», afirmó.

Por tanto, exigió a las instituciones vascas que no apliquen estas medidas y hagan un ejercicio de soberanía. «Debe ser Euskal Herria quien decida cuál es la salida a esta crisis», apuntó.