TVE cambió, por asuntos no explicados con suficiente argumentación, el formato de «59 segundos», por otro llamado simple- mente «Debate», muy similar en su forma, sin los micrófonos plegables, pero de producción propia. Este asunto, el de aprovechar mejor los recursos propios es una buena opción. Es decir, si antes se hacia con productoras externas, se sobreentiende que era por pagar favores, o por ayudar a los amigos. ¿Así de sencillo? Algo más hay de trasfondo. El asunto es que de madrugada, en la primera estatal hay un debate que hasta ahora mismo, en este preciso momento que se escriben estas líneas, se puede considerar sin forzar el argumento que es plural. Civilizado, argumentado, pausado, bien conducido, con interés general y donde se escuchan voces dispares.

En el Canal 24 horas de la propia TVE, se establece todas las noches unas mesas de discusión que hacen un repaso a las noticias del día y se establecen opiniones. También hay pluralidad. Son periodistas de diferentes medios de comunicación, analistas, tertulianos, moderados para decirlo de una manera dentro de lo correcto. Es más, por las mañanas de TVE, existen también comentaristas, entrevistas, una conducción con buen pulso, algo que se agradece en el sentido de que dentro de un abanico muy corto, del centro derecha, al centro izquierda, para entendernos, se escuchan opiniones encontradas, matizadas. O para decirlo de otra manera, no es esa jauría de fachas que gritan y se dan codazos para ponerse el primero con el cornetín de órdenes de los canales de la TDT más reaccionaria.

Pues bien, quizás en cualquier momento, casi de inmediato, hablaremos de estos espacios con nostalgia. Tienen preparado un decreto para cambiar las reglas del juego y nombrar al nuevo equipo directivo en RTVE. Van a desembarcar los más derechistas, se va a volver a aquellos telediarios tan capciosos, de los Urdaci, a las opiniones más unidireccionales y favorables sin fisuras al gobierno. Están recortando todo, y necesitan recortar también la libertad de expresión y de opinión. Necesitan crear una campana aislante, crear un ruido propio para enturbiar más la tozuda realidad.