Hollande insta a sellar su triunfo en la primera vuelta de este domingo
las encuestas le sitúan como claro favorito, pero más en la segunda vuelta que en las elecciones del domingo. De ahí que el candidato a El Elíseo por el PS, François Hollande, insista en hacer un llamamiento a sus seguidores a que no se duerman en los laureles, y apele al voto útil de los electores más a la izquierda, siempre para confirmar su triunfo en primera vuelta y dejar sin prácticamente posibilidades a su rival, Nicolas Sarkozy, y a su estilo ofensivo y estridente.
GARA | PARÍS
François Hollande, huérfano de toda experiencia gubernamental y outsider hace menos de un año, aparece como el gran favorito en las presidenciales francesas que arrancan mañana.
La mayoría de los sondeos auguran que superará al candidato presidente Nicolas Sarkozy en la primera vuelta y vaticinan una victoria aplastante en la reválida del 6 de mayo.
Nadie lo hubiera dicho hace meses. Hollande, una figura política gris, asumió las riendas del PS en 2002, después de que Lionel Jospin quedara apeado en la primera vuelta presidencial en favor del ultraderechista Jean-Marie Le Pen, lo que dejó completamente noqueada a la formación socialdemócrata.
Tras una larga travesía en el desierto para el PS, y en la que su ex compañera, Ségolène Royal mordió el polvo ante Sarkozy en las presidenciales de 2007, Hollande decidió dar el salto y presentar su candidatura el año pasado, justo después de que fuera reelegido al frente del departamento rural de Corrèze (centro del Estado francés).
Pocos apostaban por su candidatura frente a las expectativas en torno a Dominique Strauss-Kahn, el entonces jefe del FMI. Pero la caida en desgracia de este último por su enésimo escándalo sexual dejó expedito el camino a Hollande, quien venció en las primarias del partido el pasado mes de octubre.
Conocido por su carácter afable y poco estridente -la antítesis de su rival-, Hollande se confiesa reformista, heredero del ex presidente de la Comisión Europea Jacques Delors, y crítico con la doctrina imperante en la UE, que eleva la austeridad a categoría de dogma de fe.
Crisis europea
Sus promesas de que retrasará en un año el plazo para equilibrar las finanzas públicas francesas y de que rechazará la ratificación del Tratado Presupuestario europeo en su redacción actual le han costado el desplante de los líderes conservadores de la UE, liderados por la alemana Angela Merkel. No obstante, ha prometido que, de alcanzar El Elíseo, su primer viaje será a Berlín.
Su carácter templado -pusilánime para sus rivales- le ha permitido mantener la calma en una campaña particularmente agresiva -incluso ofensiva contra él- por parte de Sarkozy.
De poco parece haberle servido tachar públicamente a su rival de «nulidad» y augurar que «le voy a machacar». Tampoco ha tenido excesivo eco su intento de equiparar a Hollande con el ya ex presidente español (José Luis Rodríguez) Zapatero y su gestión de la crisis.
Frenazo de Sarkozy
Si hace unas semanas logró empatar con Hollande en las encuestas, la campaña parece habérsele tornado larga. Y su estilo agresivo no ha hecho sino alimentar la irritación que provoca en muchos electores.
En el último día de campaña -y último hábil para publicar encuestas- cinco sondeos coincidían ayer en otorgar a Hollande entre siete y 14 puntos de ventaja en la segunda vuelta. Sólo uno de ellos auguraba además un empate el domingo entre ambos candidatos.
Sarkozy no da su brazo a torcer e insiste hasta el último momento en pronosticar sorpresas el próximo domingo. Es consciente de que solo un triunfo parcial le permitiría mantener esperanzas de cara a una segunda vuelta en la que Hollande contaría con el 80% de los votos del Frente de Izquierda de Jean-Luc Mélenchon y superaría en preferencias a Sarkozy entre los votantes de centro (Bayrou).
Pero Hollande trata de mantener movilizado a su electorado advirtiéndole del riesgo de que caiga paralizado por el triunfalismo. Y es que este político con aires de funcionario se juega mucho. La última vez que el PS venció en unas presidenciales fue en 1988, con Miterrand.
Hollande se muestra a favor de una intervención militar francesa en Siria «pero en el marco de la ONU». Por contra, insiste en prometer la retirada de Afganistán antes de que termine el año, uno antes de lo previsto.
El candidato del PS a las presidenciales francesas insiste en que defenderá que el Banco Central Europeo (BCE) preste directamente a los Estados, posición que mantendrá pese a ser consciente de la total hostilidad de Alemania.
Amenazas de persecución judicial, vigilancia de internet... las autoridades francesas han advertido contra la difusión en los medios y en las redes sociales de estimaciones de votos antes de que cierren las urnas. La ley francesa casrtiga con una multa de 75.000 euros toda divulgación de estimaciones de resultados antes de las 8 de la tarde.
La Comisión de Sondeos anunció ayer un «dispositivo» para impedir las «fugas» en internet y la Fiscalía de París trabaja con la Policía para actuar con celeridad en caso de violaciones de la legslación. Lo de las «fugas» no es nuevo. En las elecciones entre 1970 y 2000 circulaban datos entre periodistas, políticos y altos funcionarios. Internet irrumpió en las presidenciales de 2007 (la prohibición no afecta al extranjero). Hoy, Facebook y Twitter anuncian que el fenómeno se ampliará.
Entre los diarios, sólo «Libération» mantiene la ambigüedad de qué hará el domingo. Y el instituto TNS Sofres ha advertido de que no será responsable si los medios utilizan sus estimaciones de voto antes de la hora legal de difusión.
Y es que, particularidad francesa, se trata de estimaciones de voto real, no de sondeos a pie de urna. GARA