Ni el Sporting es el Sevilla, ni este Athletic es el de hace tres temporadas, ni la Europa League es la Copa. Pero aquel cuatro de marzo de 2009 se ha convertido en la referencia a la que equipo y afición echaron mano en cuanto concluyó el encuentro del Jose Alvalade.

Muchos paralelismos -el resultado, la altura de la competición, la larguísima espera...- y, sobre todo, un convencimiento. El de que el Athletic es capaz de firmar cualquier proeza en la Catedral, escenario mágico para los rojiblancos y el más terrible de los infiernos para sus rivales cuando equipo y afición se lo proponen. «Un lugar donde todo es posible», resumía perfectamente, aun sin digerir la derrota, Jon Aurtenetxe. Apenas veinte años, vivió aquella semifinal copera como cualquier otro chaval de la cantera, pero solo con las experiencias de los últimos meses -ante Manchester United en Europa League, Mirandés en Copa o Barcelona en Liga-, sabe que con casi 40.000 gargantas enardecidas, el próximo jueves tendrá alas en los pies.

Tampoco Óscar de Marcos, aún en el Alavés, vivió aquella noche mágica. Y para infortunio del centrocampista, no podrá hacerlo el jueves al encontrarse sancionado. Pero se muestra igualmente convencido de que «con la ayuda de toda la afición podemos sacar esto adelante».

Su entrenador, siempre más comedido, no quiere hablar de épicas, magias y sortilegios, pero es consciente de que el 2-1 de la ida -un «resultado justo», admitió, al igual que todos sus pupilos- es un tropiezo perfectamente asumible con noventa minutos por delante en San Mamés, donde el Athletic se ha mostrado prácticamente intratable en competición europea. «Estamos obviamente obligados a ganar en casa, pero eso no debe asumirse como una dificultad inabordable», aseguró.

24 horas después, las pulsaciones habían bajado, pero las convicciones se mantenían invariables. El Athletic realizó un mal partido en el Jose Alvalade, el Sporting será un hueso duro de roer, pero con la Catedral como escenario y su hinchada como sostén, la remontada es perfectamente posible. El referente es inevitable, aquel partido frente al Sevilla que «todos tenemos muy presente -reconocía Ander Iturraspe-. San Mamés, más que nunca, va a ser un factor importante porque va a apretar desde el principio».

De ahí que, pese a reconocer que «no jugamos bien e incluso nos pudieron meter algún otro gol», que el resultado de Lisboa «es negativo» y que el Sporting afrontará el choque como el de ida, con una «presión asfixiante en el centro del campo para robar la pelota y salir a la contra», el centrocampista se muestra «optimista porque jugando en casa tenemos opciones de sacar la eliminatoria adelante».

Tan optimista es Iturraspe, que incluso piensa en la visita al Sardinero, que muchos pueden considerar un auténtico incordio, visto lo que se juegan los rojiblancos solo cuatro días después como un buen punto de apoyo para la cita frente al Sporting. Así que el choque frente al Racing no solo es «muy importante» porque puede devolver al equipo a puestos europeos, sino «sobre todo para acabar con las malas sensaciones de este último encuentro. Si sacamos un buen resultado y, sobre todo, si tenemos una buena actuación, saldremos fortalecidos, con la moral mucho más alta. Creo que es necesario hacer un buen partido de cara al próximo».

Apenas habrá un día para prepararlo -Bielsa ha citado a su equipo a las 16.00 en Lezama-, después de que ayer los titulares de la víspera ni siquiera saltaran a los campos exteriores.