Me desagrada que se trate a los ancianos como a ni�os. Creo que infantilizar a las personas de edad es una forma de despojarles de su identidad, de faltarles al respeto. De maltratarlas. Una campa�a del Gobierno Vasco lo resume muy bien: �A Juan toda la vida le han tratado de usted y ahora, con 85 a�os, han empezado a llamarle Juanito�. Y recrea m�s casos: �In�s ha dirigido su negocio durante 36 a�os; hoy no tienen en cuenta su opini�n�.

Tampoco me gusta que cualquiera les llame �abuelo� o amatxi con ese tono compasivo que pretende aparentar simpat�a. No son tus abuelos ni tus ni�os; son, simplemente, se�oras y se�ores ancianos. Es un hecho biol�gico.

La vejez no redime los errores cometidos en toda una vida ni da sabidur�a a quien no la cultiv�. Pero no hay examen final. �Por qu� entonces sometemos a nuestros mayores a una presi�n tan est�ril como desagradecida e injusta?

Antiguamente, el anciano desempe�aba una importante tarea en la cadena del conocimiento en la familia y en la comunidad. Las nuevas tecnolog�as han desplazado las fuentes del saber y de la memoria y, con ellas, el dominio. Quien maneja la espada m�s r�pido gana, y de un sablazo hemos despedazado la capa de prestigio que proteg�a a los viejos. Su desnudez les ha hecho vulnerables a los ojos del voraz mito de la juventud. Vemos a los ancianos como paseantes err�ticos, trasnochados para competir entre los fuertes. Como ni�os sobre los que decidir su vida.

Vivimos adem�s en la embrutecedora dictadura de la productividad y el utilitarismo. Las personas somos �recursos humanos� y consumidores. Cuando los a�os de sacrificio nos retiran de la cadena productiva y del mercado, perdemos el valor social. No servimos. O al menos no m�s all� que para completar la temporada baja de los hoteles de costa y enriquecer a las farmac�uticas. Reducimos a los ancianos a la tarea de enfermo. O de la espera...

Como prueba feroz de lo dicho, les expongo lo que he encontrado bajo el t�rmino �anciano� en un diccionario de sin�nimos: �Vetusto, viejo, senil, caduco, decr�pito, vejestorio, carroza, carcamal, abuelo, octogenario, provecto, chocho, matusal�n...�.

Infantilizar a los ancianos es una manera de maltrato. Y hasta una mala inversi�n; la senectud es solo cuesti�n de tiempo.