Dificultades en la UE para un acuerdo sobre los requisitos para la banca
Los países integrantes de la Unión Europea siguen divididos sobre algunos elementos clave de la nueva normativa para establecer los requisitos de capital para la banca, sobre todo en lo referente al grado de flexibilidad de cada Estado a la hora de endurecer las exigencias.
GARA | BRUSELAS
Los ministros de Economía de la UE, reunidos de forma extraordinaria para intentar alcanzar un acuerdo, suspendieron ayer por la tarde temporalmente la sesión de trabajo para que «los países más preocupados», unos siete, puedan realizar consultas bilaterales e intentar forjar un consenso, indicaron fuentes diplomáticas.
Frente a un grupo de estados encabezados por Gran Bretaña, Suecia y Polonia y la República Checa, que exigen más margen de maniobra para aumentar los requisitos, otro grupo, liderado por el Estado francés y la Comisión Europea, pide una armonización máxima para no socavar el mercado único y generar desequilibrios.
La nueva norma exigirá al sector tener un coeficiente mínimo de capital ordinario del 4,5% de los activos ponderados por riesgo, un capital de máxima calidad del 6% y un capital total del 8%. Además introduce un colchón o reserva de conservación de capital del 2,5% para todos los bancos en la UE y un colchón anticíclico, que se fijará a nivel estatal y se creará en tiempos de crecimiento económico, de entre el 0 y el 2,5%.
Pero el margen que se les da a los países miembros en la regulación para imponer, durante dos años ampliables, requisitos más estrictos, previa autorización de la Comisión Europea para mitigar riesgos sistémicos no satisfacía a los estados suficientemente. La presidencia danesa de la UE, en un intento de conciliación, propuso otro colchón, el sistémico, para que los países puedan imponer un requisito adicional de capital de hasta un 3% sin consultar a Bruselas.
Pesimismo británico
Más allá del umbral del 3% necesitarían la autorización de la Comisión Europea, que a su vez tendría que consultar al Consejo Europeo de Riesgos Sistémicos (CERS) y a la Autoridad Bancaria Europea (ABE). El ministro sueco, Anders Borg, insistía en un 5%. «O tenemos bancos fuertes o los contribuyentes pagan el riesgo», dijo.
Su homólogo británico, George Osborne, se mostró más pesimista: «Si todos queremos unas normas conjuntas para terminar con 27 regímenes diferentes, este proyecto va a ser un auténtico fracaso. Ya tenemos Basilea III y hay muchos interrogantes sobre el sector bancario en Europea; no aplicarlo (...) podría ser un fracaso político y económico para nuestro continente.
El ministro francés François Baroin considera aceptable el compromiso danés , mientras que el español Luis de Guindos advirtió de las consecuencias de una norma «descafeinada»