Más testigos declaran en la Audiencia que negociaron con Bravo la rebaja de sus deudas con Hacienda
Iñaki TELLERIA | DONOSTIA
Distintos testigos reconocieron ayer en su declaración en la Audiencia de Donostia, en el caso del presunto fraude contra Hacienda de Gipuzkoa desde la oficina tributaria de Irun, que negociaron con el principal imputado, José Máría Bravo, la rebaja de las cantidades que adeudaban al fisco.
Yolanda Estévez, contable de la empresa Albañilería Estévez Hermanos, propiedad de su padre y su tío, declaró que pagó diez de los veinte millones de pesetas que debían. Aseguró que para el pago pidieron un crédito de diez millones en el Banco de Santander y, tras efectuarlo, les levantaron el embargo de cuentas. Posteriormente, desde Hacienda, fue aprobado el expediente de baja de deuda por insolvencia.
El propietario de la empresa Uhinlan, Patxi Bengoetxea Oiarbide, explicó que su deuda con Hacienda era de doce millones de pesetas y que en su reunión con Bravo negoció el pago de siete por medio de tres cheques que le entregó en mano. Después dieron de baja oficialmente su deudas por insolvencia y no volvió a tener noticias de Hacienda, «jamás», puntualizó.
Sin embargo, la cantidad más importante condonada desde Irun le correspondió a la empresa Proyectos y Construcciones Bidasoa. Su socia y apoderada, María Izaskun Aranburu Emparan, reconoció que la deuda con Hacienda era de 240 millones de pesetas, 100 del principal y el resto «fue subiendo con recargos, e intereses de demora».
Por medio de su asesor, Marco Antonio Rodrigo, fueron a la oficina de Bravo, donde acordaron pagar los 22,5 millones que tenían en metálico y que figuraban a nombre de la empresa. Aranburu reconoció que el plan consistía en que el resto de la deuda se derivaría a los socios y que después la impugnarían.
Nunca más han recibido reclamaciones sobre el resto de la deuda y en 2001 se redactó un informe en el que no se deriva la deuda a los administradores.
Otro de los testigos que declaró en la sesión de ayer fue Francisco Javier Fanlo, asesor de María Victoria Irigoien Goñi, que tenía una deuda con Hacienda de 15 millones de pesetas. Fanlo reconoció que pidió a Bravo la reducción de la deuda, a lo éste le respondió que «sus superiores le dijeron que no». En cualquier caso, pagaron solo tres de los quince millones adeudados.