Probablemente la programación televisiva se divida en la que se emite en abierto y la que está codificada y es de pago. O resumiendo: hay televisión buena y televisión mala. Pero los vendedores hacen fragmentaciones, divisiones, subdivisiones bastante más afinadas, y ahora, en los nuevos canales que van apareciendo se pone cartelito de género: para mujeres o para hombres. Es una falsedad, una iniciativa de segmentación rutinaria fuera de todo rigor. Porque si nos ponemos un poco rumbosos podríamos decir que en los dos géneros predominantes hay muchos matices y entre los varones, están los gays, los heteros, los machos, los normales, los meapilas y los que pasan de etiqueta. Entre las mujeres se supone que hay estamentos similares y unas cuantas docenas más de subdivisiones que no somos capaces de advertir los varones improbables de calificar.

En el asunto del fútbol, que empiezo a creer que además de interclasista, es igualitario en cuanto a géneros, ya que convierte a cualquier individuo en un fanático o en un poeta de intangibles, se está más que surtido. En directo, diferido, comentado, discutido y hasta elevado a asunto de interés general. En «El Gran Debate» hicieron un simulacro muy patético de enfrentamiento entre seguidores de Mourinho y Guardiola. Patético por imposible la comparación.

Han abierto tres canales nuevos: Xplora, Energy y Discovery Max. Son para machos. En el primero nos están aburriendo con los leñadores de sierras mecánicas, competiciones, camiones y masas forestales inmensas. Un lenguaje muy sospechoso. En Energy están con las repeticiones hasta la saciedad de «Top Gear», un magnífico programa de automóviles, con una producción estupenda, y unos presentadores divertidos a la vez que conocedores del asunto. Nos saturan. Necesitamos un poco de aire. En Discovery Max, nos tienen hasta el gorro de coches tuneados y de motos preparadas. Tiene otras opciones más didácticas como «Así se hace», que nos descubre curiosidades, pero están tan repetidos que nos los sabemos de memoria. En este canal existe un programa, de madrugada, sobre las adunas australianas, que nos deja mal cuerpo. Muy mal cuerpo.