Mikel INSAUSTI

La sencillez cinematográfica es una virtud cuando sirve para expresar una forma de vida humilde en su ritmo cotidiano, hecho de pequeñas cosas que adquieren una importancia trascendental. Las protagonistas de «Wilaya» habitan en un mundo que contrasta con la realidad occidental, sobre todo porque en el desierto las necesidades y la escala de valores asociada a ellas es diametralmente opuesta. Para las familias que viven en las jaimas la adquisición de una nevera resulta fundamental, y no tiene nada que ver con el concepto de modernización, sino que, al igual que el recurso del todoterreno, se hace imprescindible para la supervivencia y para salir del aislamiento al que está sometido el pueblo saharaui en los campos de refugiados.

Son el electrodoméstico que conserva los alimentos y el vehículo que facilita su distribución, y de ahí que se constituyan en los ejes de una existencia tan elemental. Junto con los teléfonos móviles, que permiten comunicarse con los familiares que han inmigrado, representan los únicos signos de progreso que han penetrado en los asentamientos de Tinduf. Pero lo importante es que no han desplazado a otros elementos tradicionales, y así asistimos al repetido ceremonial del té como otra manera de disfrutar del tiempo sin prisas en la compañía de los seres queridos.

A través de la historia de dos hermanas que han estado separadas, al tener que marchar una de las dos al Estado español, Pedro Pérez Rosado, que ya describió a la mujer emigrante en su anterior «Agua con sal», establece las tensiones propias en el seno de una sociedad dividida entre la fidelidad a sus raíces y la falta del reconocimiento de una territorialidad, con el consiguiente e inevitable éxodo. Actrices no profesionales se hacen eco de un carácter muy propio, con esos silencios que conectan con la aridez del paisaje. La música compuesta e interpretada por Aziza Brahim, que ganó el Premio a la Mejor Banda Sonora en el reciente Festival de Málaga, capta el ambiente de la cultura nómada, en un estilo cercano al tuareg boogie que el influyente grupo Tinariwen está dando a conocer internacionalmente.