Las FARC condicionaron la entrega del periodista del canal France 24 Roméo Langlois a la apertura de un debate sobre el papel de los medios de comunicación en Colombia.

A través de un comunicado, el Secretariado de la guerrilla, reiteró que Langlois «vestía prendas militares del Ejército regular en medio de un combate», al tiempo que se pregunta «cuál sería la actuación de las autoridades colombianas, si un periodista que con sano criterio informativo acompañara unidades guerrilleras, resultara capturado por el Ejército regular tras un combate». Subrayó que «lo mínimo que puede esperarse para la recuperación de su plena movilidad es la apertura de un amplio debate nacional e internacional sobre la libertad de informar».

Criticó también la labor de los periodistas empotrados. «La concepción contrainsurgente del Estado colombiano apunta a involucrar de su lado en la guerra a todo el mundo, incluida la prensa. Que una cámara puede jugar el papel de un arma lo corrobora la diaria manipulación mediática que se practica en nuestro país», remarcó.

«Los periodistas que las Fuerzas Armadas colombianas llevan consigo en sus operaciones militares no cumplen el propósito imparcial de informar sobre la realidad, sino el de manipular esta para que sirva al proyecto de guerra contra el pueblo colombiano», incidió.

Denunció también que «el régimen asesina, amenaza, encarcela o destierra a los periodistas nacionales o extranjeros que intentan investigar o informar sobre la versión no oficial del conflicto».