Rato dimite al frente de Bankia, que recibirá una fuerte inyección pública
El sector financiero español sigue aún sin poder solucionar sus problemas. La tercera mayor entidad del Estado, Bankia, se quedaba ayer sin presidente, Rodrigo Rato, poco después de conocerse que la entidad recibirá una inyección de dinero público de entre 7.000 y 10.000 millones. La solvencia de la entidad genera cada vez más dudas debido a su alta exposición al sector inmobiliario, su morosidad y tamaño.
GARA | MADRID
En un comunicado escrito en primera persona, Rodrigo Rato anunciaba ayer su dimisión al frente de Bankia y de su matriz, Banco Financiero y de Ahorro (BFA), por considerar que «es lo más conveniente para esta entidad». Como sustituto, propuso a José Ignacio Goirigolzarri (exconsejero delegado de BBVA hasta 2009), primero como consejero de BFA y Bankia, para que posteriormente sea nombrado presidente ejecutivo de las entidades. En opinión de Rato, Goirigolzarri es «la persona más adecuada para liderar este proyecto en estos momentos».
La inesperada salida de Rato, que hasta ahora había defendido la viabilidad en solitario de Bankia, se produce en un momento complicado para la entidad debido a las dudas que ha generado su alta exposición al sector inmobiliario, su morosidad y tamaño, el tercero en volumen de activos del Estado, a la espera de la fusión entre Caixabank y Banca Cívica, que lo relegaría al cuarto puesto.
Precisamente ayer se supo que Bankia recibirá respaldo público por entre 7.000 y 10.000 millones de euros a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), organismo dependiente del Banco de España, en el marco de un profundo plan de saneamiento pilotado por Gobierno español y el Banco de España que ya contemplaba cambios organizativos de gestión de alto nivel.
Fuentes del Ministerio de Economía indicaron que Bankia se beneficiará de ayudas públicas en forma de bonos contingentes convertibles, instrumento contemplado en la tercera edición del FROB. «El plan de saneamiento se aprobará de forma inminente» y es previsible que la propia entidad presidida hasta ayer por Rodrigo Rato dé a conocer los detalles del mismo, según especificaron fuentes del departamento que dirige Luis de Guindos.
El Banco Financiero y de Ahorros (BFA), la matriz de Bankia, tenía una exposición al sector inmobiliario y promotor de 37.517 millones de euros al finalizar el pasado año, según los resultados sin auditar remitidos por la entidad a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Del importe total de exposición al sector inmobiliario y de la construcción, 10.564 millones tenían carácter dudoso, un 36,5% más que en 2010, mientras que los subestándar se redujeron un 18,6%, hasta los 7.283 millones de euros.
Una de las mayores operaciones
Rato llegó a la presidencia de Caja Madrid en enero de 2010 y pocos meses después anunció la fusión de la entidad con Bancaja, la Caja de Canarias, Caixa Laietana y las cajas de Ávila, La Rioja y Segovia, para crear el primer grupo por volumen de negocio en el Estado español.
Nacía así el Banco Financiero y de Ahorros (BFA) y su filial Bankia, creada con el fin de colocar en bolsa los activos más atractivos del grupo. Fue la mayor operación de este tipo en 2011 en todo el sistema financiero mundial y permitió a Bankia reforzar su patrimonio en más de 3.000 millones.
Por su parte, José Ignacio Goirigolzarri abandonó en 2009 su puesto como consejero delegado de BBVA después de 30 años en el grupo, y desde entonces se ha especulado con su vuelta al sector financiero, e incluso con su incorporación como consejero delegado de Bankia, cargo que ocupa en la actualidad Francisco Verdú.
Tras su salida de BBVA, Goirigolzarri pactó una jubilación anticipada con una pensión anual del 80% de su sueldo base, que ascendió a 4,28 millones en 2008. Una vez cumpla 65 años, percibirá 53 millones de euros asignados por el banco en concepto de jubilación.
Las acciones de Bankia se hundían casi un 5% a primera hora de la mañana tras conocerse las noticias sobre la inyección de dinero público, aunque al final de la jornada consiguió reducir sus pérdidas y limitarlas al 3,26%, eso sí, en la jornada de mayor subida del año del Ibex.
Tanto la dimisión de Rato como el anuncio de ayuda pública irían en línea con lo planteado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que la semana pasada emitió un informe en el que pedía a la entidad, sin nombrarla, medidas de mejor gestión y gobierno corporativo.
El anuncio de ayudas públicas para Bankia provocó ayer la indignación de consumidores, sindicatos y partidos políticos, especialmente porque su presidente, Rodrigo Rato, lideraba el ranking de directivos mejor pagados, tras reconocer unos emolumentos anuales de 2,34 millones de euros.
Precisamente, el pasado mes de febrero, el Gobierno español acordaba limitar a 600.000 euros el sueldo de la cúpula en las entidades que han recibido ayudas públicas, y a 300.000 euros las remuneraciones de las entidades intervenidas por el Estado.
La organización de consumidores Facua rechazó «de plano» que el Gobierno destine para «sanear» Bankia «el dinero público que supuestamente no había para sanidad o educación».
CCOO y UGT coincidieron en señalar que la ciudadanía no debe pagar de sus impuestos la reestructuración del sistema financiero, mientras Izquierda Plural (IU-ICV-CHA) exigía que cualquier inyección de fondos públicos en entidades bancarias no suponga dar dinero «gratis», sino que conlleve una nacionalización parcial con capacidad de gestión política. GARA
