José Ángel Iribar finalista europeo con el Athletic en 1977
«Lo de Old Trafford nos da pie a decir que este año sí»
Iñaki TELLERIA
Iribar, José Angel, ‘El Chopo’, era el portero del Athletic en la única final que ha jugado el club hasta la de Bucarest. Fue en 1977 y la final de la Copa de la UEFA fue a doble partido contra la Juventus. En Turín ganaron los italianos 1-0 y en la vuelta, en San Mamés, lo hicieron los rojiblancos por 2-1. El valor mayor de los goles en campo contrario dio el título a la Vecchia Signora.
Iribar encuentra paralelismos en la llegada de aquel equipo y el de hoy a la final. «En el desarrollo de la Europa League ha habido similitudes porque, igual que nosotros tuvimos más dificultades en semifinales con el Racing White belga que con el Milan o el Barcelona, en esta ocasión ha resultado más complicado el Sporting de Portugal que el Manchester o el Schalke 04», afirma el que fuera portero, para quien la clave de llegar a la final reside en que «tanto nosotros entonces, como ellos ahora, tienen mucha confianza en sus posibilidades».
El legendario portero reconoce que «entonces tampoco pensábamos en llegar a la final, íbamos eliminatoria a eliminatoria. Ahora ocurre lo mismo, se ha ido generando la ilusión partido a partido», aunque reconoce que el choque contra el Manchester United fue un punto de inflexión. «Después de esa eliminatoria se vio que podíamos estar perfectamente en la final, porque eliminar al Manchester son palabras mayores, y más por la forma en que se hizo, con esa autoridad y superioridad. Eso sí te da pie para decir que este año sí».
Iribar hace especial hincapié en el equipo inglés. «Lo del Manchestar ha sido inolvidable en todos los sentidos. La mítica que tiene una eliminatoria así para cualquier amante del fútbol fue un aliciente para nuestros jugadores y seguidores. Luego, la respuesta del equipo fue increíble y la de la afición estuvo a su altura, por animación y por deportividad. Esta experiencia me lleva a recordar que el fútbol tiene una función lúdica, pero también una función social. Nosotros somos, de alguna forma, embajadores de nuestro país, de nuestra ciudad, del club al que pertenecemos, y la imagen que dimos en Manchester fue excelente, para mí tiene un valor incalculable».
El embajador del Athletic añade que «silenciamos a Old Trafford y eso no es broma. El portero De Gea reconocía que conseguimos que, en su propio campo, no se oyera a su afición». El exguardameta asegura que no descartaba vivir otra final europea. «Siempre tienes esa esperanza, porque entre estas dos finales hemos estado alguna vez más en la Copa de la UEFA, también en la Champions y, en ocasiones, jugando muy bien. En los mismos años 82 y 83 el Athletic tenía un equipo como para ganarle a cualquiera de Europa. Recuerdo una eliminatoria extraña contra el Girondins que nos impidió estar en semifinales. Puntualmente, el Athletic ha estado en Europa y, a veces, cerca de hacer cosas bonitas. Pero la verdad es que han tenido que pasar 35 años para jugar otra final. En cualquier caso, soñar es libre y gratis, y está bien tener esos sueños porque te ayudan a esforzarte y mejorar».
Los recuerdos de aquella final de 1977 han vuelto a aflorar ahora. Iribar dice que la imagen que le viene es «primero la dulzura y luego la amargura. Estar en San Mamés en el partido de vuelta fue un gozo inmenso. Estábamos convencidos de que con el arrope del público podíamos remontar el 1-0 de Turín. El ambiente era impresionante, el campo abarrotado, la gente animando...». Tras las emociones se mete en el relato del partido. «Empezó mal porque Bettega marcó muy pronto (minuto 6) pero, en lugar de desanimarnos, nos pusimos a atacar convencidos de que le dábamos la vuelta.
Marcamos por dos veces (Irureta y Carlos) y seguimos atacando. Casi lo conseguimos y eso que era un equipazo, la base de la selección italiana con ocho internacionales que luego fueron campeones del mundo».
Al final, el partido terminó con sabor agrio. «Después de hacer un partidazo y merecer un resultado más amplio, llegó el disgusto», reconoce Iribar, para añadir que «habiendo arrollado a la Juve nos quedamos con la miel en los labios. Fue un palo grande, porque era una oportunidad de oro perdida. De hecho es uno de los partidos más importantes del Athletic hasta ahora».
Sin embargo, los jugadores se repusieron. «Supimos recuperarnos y ver las cosas positivas, las buenas eliminatorias que habíamos pasado, jugando bien y eliminando a equipos como el Milan de Rivera o el Barcelona de Cruyff y Neeskens. Además, nos esperaba otra final, la de Copa contra el Betis, por lo que había que mirar hacia adelante».
En cuanto a su actuación personal en ese segundo partido, Iribar señala que «la verdad es que no tuve mucho trabajo. Recuerdo el gol de cabeza de Bettega, que nos hicieron muy rápido, casi a ras de suelo a pase de Causio, por la derecha. A partir de ahí no recuerdo mucho trabajo. Alguna llegada tuvieron pero tampoco muy clara. Sobre todo en la segunda parte les arrollamos».