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GIRO Décima etapa

«Purito» cumple sus dos objetivos

El catalán del Katusha gana su primera etapa en seis participaciones en la ronda italiana y se viste la maglia rosa de líder.

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GARA | DONOSTIA

Joaquim Rodríguez (Katusha) se enfundó la maglia rosa que distingue al líder del Giro al conseguir su primera victoria de etapa en la ronda italiana, que concluyó con una corta pero exigente subida a Asís después de 187 kilómetros desde la ciudad portuaria de Civitavecchia. Purito ya había marcado en rojo esta etapa de final en alto por las estrechas y bonitas calles dela ciudad de Perugia, disputada bajo el sol. La víspera había declarado que las características de la jornada se ajustaban bien a sus condiciones. Por eso se marcó un doble objetivo: victoria y liderato, y le salieron los dos.

El catalán tuvo que esperar a su sexto Giro para ganar su primera etapa en la carrera transalpina, aprovechando el duro repecho que conducía a la basílica. Los 20 segundos de bonificación reservados al ganador le auparon a la primera posición, con 17 segundos sobre el anterior, el canadiense Ryder Hesjedal, y 32 sobre el italiano Paolo Tiralongo. Beñat Intxausti, líder del Movistar, está quinto en la general y sigue empatado con el cuarto que es Kreuziger, ambos a 52 segundos de Rodríguez.

Purito aprovechó al máximo el último repecho: 4 kilómetros de ascenso con un desnivel máximo del 15 por ciento en el primero para cerrar una etapa que en el km.10 vio como cuajaba una fuga con protagonismo de Miguel Mínguez (Euskaltel), Bonnafond (Ag2r), Failli (Farnese), Brandle (NetApp) y Keizer (Vacansoleil), cuya ventaja nunca pasó de los cinco minutos.

El Katusha asumió la responsabilidad de cazar a los fugados, y a 65 kilómetros de meta la diferencia ya estaba por debajo de los dos minutos. A 31 kilómetros de la llegada el holandés Stef Clement saltó del pelotón para incorporarse a la escapada, de la que tiró tan generosa como inútilmente, porque antes de llegar al pie de Assisi fueron absorbidos por el grupo.

Todo quedaba a expensas de lo que sucediera en el puerto de cuarta categoría, dividido en dos «muros», el último de 1.200 metros, con una bajada en medio. Sky, Astana, Liquigas y Katusha controlaban el frente para proteger a sus escaladores.

Rodríguez esperó hasta el último momento, a 200 metros de la llegada, para asestar el golpe decisivo que le condujo a la victoria y al liderazgo tras una etapa en la que no salió Filippo Pozzato. El italiano, víctima y responsable de la caída de la novena etapa, sufre fractura en el escafoides de la mano derecha, tres meses después de romperse la clavícula derecha durante el Tour de Catar.

El líder del Farnese Vini, que precisamente provocó la caída de la víspera, había manifestado en un primer momento su intención de seguir en carrera, pero la confirmación de la fractura y el mal estado de su mano terminó por retirarle.

Los días de Indurain

El nuevo líder considera que «ganar de esta manera es espectacular. En primer lugar debo agradecer a mi equipo que trabajó desde el primer kilómetro para mí». El catalán reconoció haber seguido los consejos de Valerio Piva (director deportivo del Katusha) y acertó. «Si yo hubiera atacado antes, habría cometido un error». Encantado de vestirse de rosa, a preguntas de los periodistas puestos a elegir una subida se decidió por el Mortirolo (etapa 20), porque según admitió le recuerda «los días de Indurain», el campeón navarro que triunfó en el Tour pero también en el Giro.

Hesjedal, el ya exlíder, sabía «que este final era demasiado fuerte para mí. Rodríguez es quizás el mejor del mundo en este tipo de llegada. Me sentía bien pero no podía hacerlo mejor. Ahora la maglia es de él».

 
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