Carlos Fuentes, uno de los más prominentes narradores mexicanos modernos, falleció ayer a la edad de 83 años en el Hospital Los Angeles del Pedregal, a raíz de una hemorragia masiva. La hemorragia, dijo el médico, se debió quizá a una úlcera o la posible ingesta de una medicamento como aspirina.

Su primer libro de cuentos, bajo el título «Los días enmascarados», fue publicado 1954. Es autor también de «La región más transparente», «Las buenas conciencias», «La muerte de Artemio». Fue reconocido entre otros, con el Premio Príncipe de Asturias, Rómulo Gallegos y Cervantes. También fue embajador de México en el Estado francés, cargo al que renunció en 1977 cuando el ex presidente Gustavo Díaz Ordaz fue nombrado embajador del país en Madrid. Como diplomático desarrolló una gestión de apertura a refugiados políticos latinoamericanos.

A principios de este mes, Fuentes se refirió al proceso presidencial de México y lamentó que los candidatos sean «mediocres o poco interesantes». «La política tiene que ponerse a la altura de la sociedad, no a la inversa. La sociedad en América Latina es más fuerte que la política», dijo en Buenos Aires, en el marco de la 38 Feria Internacional del Libro.

Nacido en Panamá el 11 de noviembre de 1928, su obra se sitúa en el llamado boom de la literatura hispanoamericana. Con su extensa novela «Terra nostra» (1975), que le llevó seis años, se dio a conocer en el mundo entero. Además de su labor como literato, destaca por su actividad periodística y su intensa vida académica.