Crónica | Congreso contra la violencia de género
Recetas multidisciplinares para superar una realidad incuestionable
Bilbo acogió ayer el primer congreso estatal contra la violencia de género. Durante una completa jornada se abordaron las diferentes aristas y pliegues de un drama social y humano que, lejos de remitir, parece haberse estancado en los últimos años. A falta de recetas mágicas, las ponentes abogaron por la concienciación y la sensatez jurídico-institucional como armas más potentes para luchar contra un enemigo a batir entre todos.
Mikel PASTOR
Puede resultar preocupante que la gran mayoría del público que acude a un congreso sobre violencia de género sea femenino. Pero esa fue la realidad imperante ayer en las distintas ponencias desarrolladas, en las que, desde distintos enfoques, se trató el grave problema del maltrato físico, sicológico y emocional que sufren las personas (en un alto porcentaje mujeres) a manos de sus parejas.
Juan Ramón Calparsoro, fiscal superior de la CAV, y Alfonso González, juez decano de Bilbo, fueron los encargados de abrir el denominado I Congreso Nacional Contra la Violencia de Género, con una ponencia en la que diseccionaron la evolución de la justicia respecto a los diferentes casos de maltrato y las carencias que esta ha tenido, amparando en algunos casos a «auténticos monstruos».
Calparsoro se mostró muy crítico durante toda su intervención con la judicatura y las leyes para prevenir la violencia de género, a las que les ha faltado, en su opinión, «amparo, sensibilidad y concienciación».
Su exposición fue un recorrido histórico por las leyes (o la falta de estas) en torno a la protección de las personas maltratadas. Calparsoro recordó que el Estado español «ha sido un país muy machista» en el que «ha costado muchísimo sacar adelante algunas leyes que hoy nos parecen absolutamente corrientes», y que esto solo ha sido posible «gracias a la lucha de muchas formaciones feministas».
A continuación, Alfonso González defendió la necesidad de crear juzgados especializados en estos delitos, «como una herramienta necesaria para combatirlos». Además, reforzó con algunos datos las tesis anteriormente expuestas por Calparsoro.
Tras una breve pausa, vuelta a la carga; esta vez con un tema delicado y en el que se pudieron conocer situaciones escalofriantes, bajo el título de «Menores víctimas de la violencia de género».
Antiguos roles en Internet
Ya por la tarde, Ianire Estébanez explicó, en una charla dinámica y ágil, las relaciones de los menores con Internet en general y con las redes sociales en particular, y cómo «las situaciones de control y violencia de género se repiten en este universo», según aseguró.
Esta sicóloga experta en prevención de violencia de género considera que Internet «reproduce todos los roles machistas y sexistas del mundo real». Comentó que a día de hoy existe una «brecha digital» entre chicos y chicas en materias como nivel de acceso, intensidad de conexión y descargas de aplicaciones avanzadas.
Estébanez indicó que los clichés sobre príncipes azules y princesas «siguen vigentes» en las redes sociales y en «las relaciones que se establecen en ellas», lo que lleva a que algunas chicas «consideren amor actitudes de control» por parte de sus parejas.
Ante esto, abogó por que las mujeres «construyan su propia identidad en Internet» que «promueva un cambio de actitudes y roles».