Difícil batalla hacia la presidencia para los egipcios Hermanos Musulmanes
GARA | EL CAIRO
Los Hermanos Musulmanes se enfrentan a una difícil batalla por la presidencia en Egipto a pesar de ser la mayor fuerza política y de haber ganado con facilidad las elecciones legislativas.
La falta de peso en el parlamento, de mayoría islamista, la promesa no cumplida de no presentarse a las presidenciales, la enemistad permanente con el Ejército en el poder, el cambio de candidato presidencial- al-Jairat Shater fue invalidado y el actual es Mohamed Morsi- y la división en el campo islamista -por la candidatura de un disidente de los Hermanos Musulmanes, Abdel Moneim Abul Futuh- son algunas de las razones por las que su carrera al triunfo se debilita.
«Mucha gente tiene la impresión de que los Hermanos Musulmanes no son capaces» de influir en los espacios de poder del país, opinó Michael Wahid Hanna, un estadounidense del Centro de Estudios de la Fundación Siglo.
Pero los Hermanos Musulmanes, dicen no estar preocupados por estas críticas, y aumenta sus protestas masivas para demostrar que siguen siendo la principal fuerza política de Egipto.
Demostración de esta fuerza fue la cadena humana formada por miles de egipcios el pasado jueves, abarcando unos 760 kilómetros con el propósito de expresar su apoyo a su candidato a las elecciones presidenciales que se celebrarán en mayo y junio.
De El Cairo a Aswan, miembros de Hermanos Musulmanes y de su partido político en Egipto, Libertad y Justicia (PLJ), y simpatizantes, algunos ataviados con camisetas y gorras con la cara de Morsi, mostraron carteles con la consigna «Morsi para presidente de Egipto».
Pero los sondeos situan a Morsi por detras del ex secretario general de la Liga Arabe, Amr Musa y el líder islamista Abdel Moneim Abouel Fotouh. Aunque es de tener en cuenta que es el partido mejor organizado desde la clandestinidad bajo el régimen de Mubarak.