Carlos GIL

En ese estado tan inconcreto del hacer ver que se hace, y el no hacer porque no se sabe, por lo que se hace se disfraza de sentido del humor para que lo que no se hace bien parezca que forma parte de idea genial del artista. Es decir, humor pasado por la cara pintada. O humor pasado por la paradoja. Quizás el humor amortajado. ¿O es otra cosa?

Al grano. Ane Miren ofrece su espectáculo, su intervención de apenas diez minutos. Y ahí está una contorsionista, haciendo cosas inverosímiles con su cuerpo, y nos cuenta una historia aparentemente cotidiana, si como cotidiano se acepta que para abrir una maletita para salir “De viaje” se tenga que girar por el eje en situación que solamente de verla le crujen a uno los cartílagos. Breve, concisa, excelente. Ane Miren es una especialista con experiencia y hace lo que sabe hacer. Y lo hace muy bien.

Otros que tal: Elegants, con su “Cabaré Elegance”, artistas de diferentes disciplinas, haciendo acrobacias, malabarismos, todo lo que saben hacer, porque lo han entrenado y logran momentos excelentes, además de las dificultades técnicas, el buen sentido del humor. No hay novedad, no hay descubrimiento, pero hay puesta en escena y lo hacen muy bien.

Como muy bueno, técnico, comunicativo, espectacular en algunos momentos, los de Paki Payá, y su “Shake! Shake! Shake!”con Adriá Mascarell mostrando un poderío físico impresionante además de unas dotes de actuación y de generar simpatías con los públicos encomiables, junto a una magnífica Noemí Díaz, en uno de esos espectáculos con truco final, que no vamos a destripar pero que recomienda prudencia a los asistentes. Circo moderno.

Con un poco de todo, menos claro pero con recursos circenses, “Orsai” de Mlas Compañías, tres tipos jugando con una cama, con un balón, con otros elementos. Más dramatizado todo, más hilvanado, conectando con facilidad con los públicos. Divertido. En momentos muestran habilidades sorprendentes.

“La Postal” de La Calabaza, humor racial, de postal, de tópicos andaluces, folclóricos, intentando darles la vuelta. Los dos bailarines tienen fuerza y capacidad para enganchar. Parece una caseta de feria. Corto y eficaz.  En otra esquina, “Memoria” de Una de dos, muy buena puesta en escena, cuidada, dulce, pero queda diluida en la calle. La precisión se pierde, la intérprete encandila, pero no acaba de crear esa comunión general. Es trabajo para ver de cerca.

Vemos a Xabi Larrea, con “UP!!!”, muy en su línea, más clownesco, con más intento de narrar. Se nos queda a medio camino. Lo contrario de Teatro Salitre, con “Amor ciego”, una historia milimétrica, muy elaborado, con un efecto final muy eficaz y gratificado por el aplauso de los públicos. Tiene entidad, le falta soltarse un poco del esquema, pero hay material para una larga vida en las plazas.

“Pez Limbo” busca lo natural, a partir de crear muñecos con elementos de la casa, y en “Lana”, se nota que hay un trabajo, pero será necesario ver su desarrollo más adelante, cuando se haga una revisión profunda de la propuesta.

Algo muy parecido, aunque con menos esperanzas, el trabajo de Criatures titulado “No matarás”, más endeble, con actores muy poco dúctiles, con ganas de abarcar mucho pero apretar poco en el rigor y en la capacidad de comunicación. Distan bastante de estar presentables.

Cerró el día el estreno de “Hotel Matrioska” presentado por la compañía Matrioska, en donde se apuntan muchos valores, en donde la historia de este hotel se vislumbra, aunque le sobra algunos tiempos muertos en unas extrañas transiciones, y le falta concreción en muchos pasajes. Tiene una buena puesta en escena, el equipo actoral funciona en la misma clave y tiene valor intrínseco.

Puede funcionar en un escenario perfectamente. Deberán seguir puliendo algunos detalles y ajustando en tiempos e intensidades para aproximarse a lo que se apunta.