Al final, la temporada del Biarritz no ha sido tan mala. No ha logrado los objetivos que se marcaron al inicio de la temporada, pero lo ha arreglado con un título europeo, que pese a no ser la Heineken Cup, viene muy bien tras las penurias que ha pasado a lo largo de la temporada. Además, el título que consiguió ayer, le sirve para jugar la temporada que viene la Heineken Cup, algo que lleva haciendo en la última década.

Dimitri Yachvili volvió a ser el gran protagonista de la noche. El pateador de los vascos marcó todos los puntos de los labortanos al transformar siete golpes de castigo y dejó claro que siegue siendo pieza fundamental en el conjunto entrenado por Patrice Laguisquet.

Las finales, normalmente, no suelen ser brillantes y la de ayer tampoco lo fue. Los dos equipos se tomaron muchas precauciones, nadie quería perder, y ninguno quería arriesgar. Pese a ello, fueron los vascos quienes tomaron la iniciativa, aunque no consiguieron llegar con claridad a la línea de ensayo, pero sí lograban castigos, que los aprovechaba Dimitri Yachvili. Cuando los partidos son cerrados, son los pateadores quienes tienen que decidir los choques y ayer Yachvili le ganó la partida al inglés Wilkinson.

Pese a ello, la final no se decidió hasta el minuto 74, momento en el que los de Agilera sumaron su séptimo golpe de castigo. Pese a estar por delante, la diferencia era mínima y tuvieron que trabajar hasta el final, haciendo un gran trabajo colectivo y evitando hacer faltas, para que los franceses no tuvieran oportunidades de empatar el duelo decisivo de la European Challenge. Al final, victoria para los entrenados por Patrice Laguisquet, que servirá para disputar la competición más importante de Europa y cerrar con buena nota una temporada muy gris, aunque más de uno se preguntaba qué hubiera pasado si el Biarritz Olympique hubiera jugado a este nivel toda la temporada.