BúldeR | De viaje
Iker Arroitajauregi y Rubén Díaz blocando de zona en zona
Los dos especialistas de bloque vascos llevan ya más de 5 meses realizando un viaje especial que les ha llevado a la zona centro, Albarracín, Targasonne y Fontainebleau. En sus visitas han firmado conocidos bloques duros y han resuelto otros nuevos.
Andoni ARABAOALAZA
Iker Arroitajauregi y Rubén Díaz conforman un binomio que lleva un sello de autenticidad. Lo saben ellos, lo saben sus colegas y lo sabe (o debería saber) la comunidad bloquera. Si el bloque fuera mediático, estos dos protagonistas estarían en primera línea; serían estrellas de periódicos, radios, televisiones, páginas webs... Pero más allá de los números y letras que guarda en su seno la escala de bloque (a los que tampoco hacen ascos), Arroitajauregi y Díaz prefieren en gran parte disfrutar del aspecto más placentero-filosófico que también recoge en su seno esta modalidad de la escalada. Blocan duro, muy duro, pero con estilo; un aspecto cada vez más olvidado en esto de la escalada. Pero no se olvidan de lo que seguramente es la columna vertebral del bloque: el viaje.
No hace falta presentarles, aunque sí recordar que Arroitajauregi, por ejemplo, es el maestro del bloque en Euskal Herria; pura elegancia desde todos los puntos de vista. Díaz, por su parte, más joven, ha entrado en ese mundo a cañón, demostrando un poderío sin igual. Ambos son bilbaínos, y ambos emprendieron hace unos meses un viaje bloquero que les ha llevado a varias zonas. Algunas, pura referencia; otras, en cambio, no tanto, aunque no desmerecen en absoluto. Han estado en la zona centro, Albarracín, Targasonne y Fontainebleau con una estancia bastante prolongada.
Solo hay que echar un vistazo a sus videos para hacerse una idea del cómo de sus viajes. Desde el punto de vista deportivo le dan a todo y a todas las formas. Llama la atención con qué facilidad hacen 8a´s, cómo esperan a las temperaturas más bajas de la noche para apretar bajo la luz de sus frontales, cómo firman duros bloques no comerciales como los de Fontainebleau...
Ya han pasado más de cinco meses desde que Arroitajauregi y Díaz emprendieran su viaje «especial», que, por el momento, no tiene colgado el cartel de «cerrado», ya que en pocas semanas se van para tres meses a Suráfrica. Ahora nos quedamos con lo viajado y blocado hasta el momento. Y son los propios protagonistas los que nos cuentan en primera persona esa ida y vuelta por zonas bloqueras. Son muchas experiencias y muchos bloques; el resumen que nos han escrito los especialistas de bloque nos da por lo menos una idea de sus experiencias.
Viaje bloquero
«Este viaje, como muchos otros, no es más que el reflejo de un estilo de vida. Hace más ruido si se oye Suiza, Fontainebleau o Suráfrica, pero el fondo es siempre el mismo. Y se resume en que a los dos no nos gusta ser unos viejos prematuros. Somos muy conscientes que esto se acaba y nuestra inquietud -ya sea escalando, con una tabla de surf o desayunando en el Ratikon- es mantenernos despiertos. Por eso, se juntó el hambre con las ganas de comer, y desde que nos conocemos compartimos esta pasión.
Después de disfrutar de los inquietantes días de finales de diciembre y principios de enero con la Navidad, luces, regalos y felicidad, decidimos conocer bien la zona centro peninsular. Pronto nos dimos cuenta que no íbamos a conocer ni el cinco por ciento de lo que existía: La Pedriza, El Escorial, Zarzalejo, El Burguillo, Peñas Blancas, Castillo de Bayuela... Así que después de picotear algunas nos asentamos en las dos primeras.
El Escorial es un sitio de sobra conocido por la barbaridad monumental de granito que hiciese al gran monarca en el siglo XVI. Allí, no se bloca desde hace tanto, pero sin duda es un referente a nivel europeo desde hace mucho. Respecto a blocar, lo obligatorio, disfrutar de el «Monstruo de las Regletas» (8b), «Massive Attack» (8a), «La Megapuerta» (8a)... Clásicos muy conocidos pero que siguen y seguirán siendo bloques de referencia para cualquier escalador.
La Pedriza es un sitio menos convencional que su vecina para hacer bloque, y como siempre pasa, lo menos convencional es siempre lo más interesante. Es un sitio místico con un potencial infinito. Nos chocó mucho que las mejores zonas de escalada peninsulares estuvieran tan poco frecuentadas, teniendo en cuenta además que se sitúan en la Comunidad con mayor población. Como nos chocó también cuando repetíamos bloques que o no tenían repeticiones o tenían muy pocas como «Lemento» (8b), «Samurari» (8a+/b), «Wil Wil West» (8b), «40º» (8a+), «El techo de Javi» (8a) o las primeras de «SkyWalker» (8a) o «Amets» (8a). Esperamos que esto siga así, y que los privilegiados locales puedan seguir disfrutando de esa armonía mágica del lugar.
Lo que más costó es adaptarse al granito gordo y pinchudo de la zona centro, muy de condición y que permite las bromas justas. En cambio, después nos dirigimos hacia un sitio completamente diferente como es Albarracín y sus bosques del agradecido rodeno.
Seguramente una de las zonas más frecuentadas de Europa, quizá porque sea una de las mejores también. Es una pena que una zona así sea frecuentada por tanta mala educación y cause tantos problemas. Allí después de encadenar una decena de octavos hubo dos bloques que ya teníamos en la cabeza y que eran y son bajo nuestro punto de vista los más espectaculares: «Zartako» (8a+, primera ascensión) y «The Call of Silence» (8b), que fue de las primeras repeticiones.
El calor apretaba y qué mejor sitio para escaparse que hacia el Pirineo francés. Fuimos a Targasonne, una zona a 1.500 metros de altura que junto al paisaje, bloques y termas es espectacular.
Allí, «21 Grammes» (8b), «I Shot Sarconazy» (8b), «La Theorie du chaos» (8b), «La Beauté de la chose» (8a+) (al flash) y otros clásicos fueron las guindas de un pastel que hay que conocer.
Han sido más los destinos y escapadas que hemos hecho últimamente, como a Fontainebleau llevándonos «Ubik assis» (8b), en Albarracín con «Indian Secret Garden directo» (8b) o a Rozas últimamente haciendo las primeras ascensiones y repeticiones de bloques como el de «Zuretzako» (8b). Así seguiremos, haciendo lo que nos gusta y esperando ansiosos al mes que viene que partimos hacia Suráfrica.
Y lo más importante de todo esto -no vamos a decir nombres porque ya saben que nos referimos a ellos- agradecer a toda esa gente que nos ha tratado tan bien y que hacen posible que allí donde vayamos nos sintamos como en casa».
Iker Arroitajauregi y Rubén Díaz son dos de las principales referencias de la escalada de búlder en Euskal Herria.