El monte San Vítores (curioso nombre) por su cara sur es una suave ladera que no entraña ningún peligro. Por lo que, si lo que queremos es un suave paseo, podemos subir a este monte desde el pueblo de Lasierra de una manera más tranquila. Desde ese pueblo consiste simplemente en andar. Sin embargo, su cara norte revierte en una mayor dificultad. Y es que para subirla deberemos flanquear una abrupta y vertical pared. Por cierto, aprovecho este artículo para animar a todos los queridísimos equipadores (¡lo que os debemos!) darse una vuelta por aquí. Ya que creo que esta zona puede ser una potencial escuela de escalada. Es por dicha cara norte, por donde os propongo realizar nuestra ascensión a esta modesta, pero encantadora cima. Para ello deberemos dominar un poquito la técnica de encordamiento, no tener vértigo y ser capaces de superar algún paso que otro de III o IV.

Desde el pilón del pueblo, si miramos a la carretera dirección este, veremos un túnel que la atraviesa por debajo. Pasaremos dicho túnel y subiremos andando por una pista de gravilla dirección sur. Dicha pista muere en un embalse artificial de gran tamaño. Desde dicho embalse sale otra pista. Esta es de barro, mucho más empinada y también sigue dirección sur. Al poco de seguir por ella, llegaremos a un cruce, en el cual cogeremos el desvío de la derecha. Seguiremos subiendo por la empinada cuesta hasta que la pista gira a la derecha. A partir de ese giro la pista deja de subir para ponerse a llanear dirección oeste, continuaremos al oeste pues.

Mientras a avanzamos llaneando veremos un primer desvío a la derecha, el cual baja y obviaremos. En el segundo y último desvío a la derecha muere el camino por el que estábamos llaneando. Es entonces cuando debemos ponernos de nuevo a subir de frente a la cuesta dirección sur. Para ello subiremos por un difuso sendero. Este descenso tiene una alfombra de hojas y nos deja en la base de la pared. Es aquí cuando llega la parte peligrosa del recorrido.

Tendremos un par de pasos algo expuestos de III-IV que nos dejan a altura de un árbol. Ahora nos toca subir por su tramo algo más protegido, agarrándonos a las hierbas. Así nos plantaremos en una repisa por la que debemos andar hacia la izquierda para llegar a una última chimenea. La treparemos sin problemas, haciendo otro par de pasos de III-IV. Al final de la chimenea llegaremos al cordal. Ahora lo único que tenemos que hacer es avanzar dirección este por todo el filo del monte hasta la cima. Cuidado con este sendero, ya que tiene tramos muy aéreos.

Una vez tomado el merecido descanso en la cumbre del San Vítores (892 m), seguiremos por el cordal dirección este. Poco antes de llegar a la línea de alta tensión, ¡sorpresa! Nos toparemos con una curiosa y vertical brecha por la que podemos destrepar hasta la base de la pared de la cara norte. La manera de destrepar la brecha es en oposición, esto es, apoyándonos entre las 2 paredes. Si queremos, también podemos montar un rápel desde un árbol. Esta brecha tiene un curioso bloque empotrado. Los que hacemos barrancos estamos más habituados a ver cosas así. Pero seguro que para mucha gente es algo llamativo.

Avanzaremos por la base de la pared dirección oeste hasta ponernos a la altura del embalse. Desde allí sale un difuso sendero que nos lleva al punto donde hasta hemos hecho el giro y empezado a llanear. Solo nos queda desandar el camino andado hasta volver al pueblo.