El jefe de la misión de observadores de Naciones Unidas en Siria, el general noruego Robert Mood, escapó ileso ayer de un atentado con bomba en la ciudad de Duma, cerca de Damasco. Un artefacto estalló a unos 150 metros del convoy en el que viajaba Mood, que se había detenido en un control del Ejército, informó Reuters. Es al menos la cuarta vez en que un convoy de observadores de la ONU es atacado directamente o es sorprendido en las inmediaciones de un atentado.

Por otro lado, los rebeldes sirios aseguraron, sin dar más detalles, haber matado a seis dirigentes del Gobierno de Bashar al-Assad, entre los que figurarían el jefe de la Inteligencia militar, Asef Shauqat; los ministros de Defensa, Daud Raqha, y de Interior, Mohamed al-Shaar, y el jefe de la Seguridad Nacional, Hisham Bajtiar, pero Damasco lo desmintió.

Menos suerte que los observadores de la ONU tuvieron al menos 48 personas que fallecieron ayer a consecuencia de los bombardeos de las tropas leales al régimen sobre la localidad de Soran, en la provincia de Hama, según informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.