La Real ha alcanzado el final de temporada sin objetivos palpables -solo aguantar la séptima plaza-, pero con la motivación competitiva intacta. Algo que estará encantado de agradecer la próxima semana el Lagunak -cuando las donostiarras visitan a su ya único rival en la pelea por la permanencia, L'Estartit-, como ayer hicieron los aficionados que se acercaron a Zubieta. El último encuentro de las txuriurdines en casa de la temporada se saldó con victoria. Merecida, aunque algo corta, teniendo en cuenta la superioridad realista.

Pitido inicial e inmediato dominio local. También ocasiones, con remates de casi todo el equipo. Aunque también alguna contra del rival que puso en peligro la integridad de la portería. Pero el gol fue para quien más lo buscó. Así, a diez minutos del descanso, Prieto despejaba un lanzamiento de Idoia Agirre para que Aintzane Encinas empujara el balón al 1-0.

Larraitz Lucas ampliaba la renta blanquiazul nada más reiniciarse el encuentro, con un gran disparo que se colaba por la escuadra tras tocar en la madera. La ventaja no varió el planteamiento realista, pero tampoco las extremeñas acabaron de arrojar la toalla, lo que le dio cierta emoción al choque. Laly, finalmente, maquillaba el marcador en los últimos minutos.