PNV, PSE y PP sumaron sus votos en las Juntas Generales para reafirmar su apuesta por la incineración en Bizkaia y al mismo tiempo defender la decisión adoptada por el Gobierno de José Luis Bilbao de no prorrogar el convenio de colaboración con el Consorcio de Residuos de Gipuzkoa mientras esa institución -con mayoría de Bildu- no se pliegue a la apuesta de esas tres formaciones políticas por la construcción de un horno incinerador de basuras en Zubieta.

El acuerdo de la Cámara vizcaina no tiene ninguna repercusión práctica, pues el 24 de abril el diputado general ya informó en una entrevista radiofónica de cuál era su intención. De ahí que el debate que se sustanció en Gernika no sirviera a los proponentes más que para aprovechar ese foro institucional para tratar de desgastar ante la opinión pública las posiciones de Bildu, y por extensión del Gobierno de Martin Garitano.

Lo curioso en toda esta polémica es que los portavoces de los tres grupos proponentes -Unai Rementeria (PNV), Esther Martínez (PP) e Iñaki Egaña (PSE)- insistieron al inicio de sus intervenciones en que no trataban de condicionar la política de gestión de residuos de Gipuzkoa, aunque pocos segundos tardaron en descubrir que su objetivo era erosionar la imagen pública de la primera fuerza política en el herrialde vecino y segunda en las Juntas vizcainas. El soberanista Asier Vega se lo echó en cara, censurando que evitasen confrontar ideas y buscanse el titular fácil «para la confrontación política».

El PP, por boca de Esther Martínez, no se anduvo por las ramas en sus críticas, al decir que «el Gobierno rebelde de Bildu» está cometiendo una «gravísima irresponsabilidad» al reconsiderar las líneas estratégicas que fijaron junto al PNV y PSE en la anterior legislatura en Gipuzkoa. En sus ataques, esgrimió que en 2008 la juntera de la izquierda abertzale votó contra el convenio que ahora Bildu quiere prorrogar en Bizkaia.

Iñaki Egaña (PSE) fue sincero a la hora de restar importancia al acuerdo que se iba a adoptar, una vez que las JJGG no tienen competencia y censurando de paso que José Luis Bilbao lo anunciase en una entrevista en Punto Radio. Además, tildó de «incoherente» al PNV por, en virtud del acuerdo presupuestario en Gipuzkoa, permitir una moratoria de seis meses para que el equipo de Martin Garitano evaluase la situación y propusiese su plan de gestión.

Egaña reconoció que su partido refrendaría una prórroga si se consigue construir la incineradora en Zubieta. En todo caso, el convenio no sería igual ya que, posteriormente, PP y PNV unieron sus votos para sacar adelante otra proposición en la que se insta a que, en previsión de nuevos acuerdos de colaboración en el ámbito de las basuras con territorios limítrofes, será la Diputación vizcaina quien establezca cómo las gestiona. Y la apuesta es la incineración.

PNV, PSE y PP insistieron en que Gipuzkoa ha incumplido el convenio, lo que fue negado por Asier Vega. El representante de Bildu remarcó que si se hubiese producido, se hubiera convocado la comisión de seguimiento y esto no se ha producido en cuatro años. En cuanto a los retrasos en la definición del plan de gestión y de las propias infraestructuras, achacó una parte de la responsabilidad en el equipo de Markel Olano y recordó que los planes se presentarán en las JJGG guipuzcoanas en junio.

Vega subrayó que Gipuzkoa había hecho un «ejercicio de responsabilidad», ya que está evaluando si, en la actual coyuntura, con una disminución de los residuos y una apuesta de 60 de 80 municipios por otro modo de gestionarlos, se pueden invertir 286 millones de euros en una incineradora.

Manifestó que, en el caso de Bizkaia, la apuesta hecha por PNV, PSE y PP está hipotecando cualquier política de gestión, ya que hay que suministrar combustible a los hornos de Zabalgarbi para que genere energía y sea rentable. «Gipuzkoa no ha cometido el error de Bizkaia», precisó. Precisamente, al inicio de la sesión, el PP preguntó al diputado de Medio Ambiente por qué no se superaba el 90% de capacidad de incineración.