Los documentalistas austriacos son los que más están trabajando en el mundo para denunciar la sistemática e imparable destrucción del planeta, con obras muy esclarecedoras al respecto, entre las que cabe destacar «Megacities», «La pesadilla de Darwin», «Nosotros alimentamos el mundo» o «Nuestro pan de cada día». A tan selecto grupo pertenece por derecho propio «Plastic Planet», un documental realizado hace ya tres años.

En su día causó un gran impacto, al anunciarse con la siguiente frase publicitaria: «Nunca volverás a beber agua de una botella de plástico después de ver la película». Es una advertencia como las que se utilizan para la promoción del cine de terror, puesto que pretende provocar en el espectador una reacción parecida, haciéndole tomar conciencia del peligro para la vida que representa el consumo masivo del plástico. Forma ya parte de la cadena alimenticia, y, entre las muchas vías a través de las cuales llega a nuestro organismo, está la ingesta de pescado. El plástico arrojado al mar se va deshaciendo y los peces lo confunden con el plancton que escasea. Son datos correspondientes a 700 estudios negativos, mientras que los únicos 10 positivos encontrados por Werner Boote y su equipo han sido publicados por la propia industria del plástico.