Si amanece con un tiempo cálido y seco y observamos los paisajes como desdibujados... Y si, además, sentimos una especial sequedad en la boca, o nos pica la garganta, o nos cuesta mucho respirar y tenemos sensación de bochorno... Es más que probable que la atmósfera esté siendo invadida por una masa de aire procedente del norte de África. Y que en ese aire floten partículas que lo enturbian, reduciendo nuestra visibilidad.

Esas partículas forman parte de la familia de los meteoros. Se trata de fenómenos distintos de las nubes que pueden ser vistos tanto en la atmósfera como en el suelo. Pueden consistir en sorpresas de carácter óptico, de tipo eléctrico, en precipitaciones o en partículas en suspensión. Estas últimas, son las que enrarecen nuestra visión al mezclarse con el aire (al que han podido llegar arrastradas por el viento) y a las que se denomina litometeoros.

Uno de los litometeoros más conocidos es la calima. Típica de un tiempo seco y bueno (al contrario que la neblina, habitual con un tiempo húmedo y desapacible), la conforman unas partículas secas de un tamaño tan pequeño que no las podemos apreciar a simple vista. Sin embargo, todas ellas en conjunto, son capaces de formar un velo tal sobre los paisajes que nos los muestran como si estuvieran peor definidos y hubieran perdido su brillo habitual.

Además de cambios en el brillo, con la calima también podemos percibir ligeras variaciones en las tonalidades de lo que observamos. Los nuevos colores van a estar relacionados con el fondo sobre el que se «proyecta» la capa de partículas en suspensión. Cuando ese fondo es oscuro las imágenes adquieren un tinte azulado. Cuando es claro, los tonos son amarillentos o anaranjados.

También puede ocurrir que sobre las partículas se dé un proceso lento de condensación y aumenten de tamaño; en ese caso, se trataría de calima húmeda. O, que la capa no llegue a tocar el suelo, denominándose calima alta. O, que se produzca en regiones árticas, dando colores azul grisáceo en oposición al sol y castaño rojizo hacia el lado contrario, y se le llame calima ártica. O, que se forme por evaporación de nieblas marinas pulverizadas, y se conozca como calima de sal.

Izotza

Tenperaturak munduan