M.I. | DONOSTIA

Esta es la historia de una joven mozambiqueña llamada Oukelelle, la cual tiene a su madre enferma en el hospital y necesita conseguir dinero para las medicinas. Por mediación de una amiga contacta con un grupo teatral, y se pone a trabajar con ellos en una gira por el norte del país. Representan una obra sobre la escasez del agua en la sabana, lo que incomoda a las autoridades y a la multinacional que controla el líquido elemento.

Un rodaje para aventureros

Mikel Ardanaz, documentalista de Iruñea, debuta en la ficción con un largometraje que rodó en Mozambique hace tres años, superando un sinfín de dificultades. Se lanzó a la aventura, porque descubrió que en Maputo existe una tradición teatral con intérpretes experimentados, que también trabajan para los culebrones brasileños que se ruedan allí en portugués. No obstante, la situación política de corrupción y el subdesarrollo existente provocaron no pocos incidentes, como el de un policía que quiso chantajear al equipo de la filmación, o el de los extras improvisados que se acercaban a la cámara buscando algún tipo de ayuda.