La jefa de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Catherine Ashton, anunció un acuerdo del Grupo 5+1 (EEUU, Rusia, China, Gran Bretaña, Estado francés y Alemania) con Irán para celebrar una nueva ronda de negociaciones sobre su programa nuclear en Moscú los próximos 18 y 19 de junio.

Las conversaciones que concluyeron ayer en Bagdad apenas dieron más resultado que una nueva cita. Ashton declaró que «es necesario continuar las negociaciones con Teherán para llegar a soluciones satisfactorias», y agregó que en los dos últimos días se han llevado a cabo consultas con los gobiernos de los países y se ha acordado la celebración de una nueva ronda de conversaciones.

«Está claro que las dos partes quieren avanzar y tenemos puntos en común pero se mantienen desacuerdos importantes», subrayó la diplomática europea. Con todo, indicó que «Irán se ha declarado dispuesto a abordar la cuestión del enriquecimiento al 20%».

Más amenazas europeas

Las potencias occidentales quieren que Teherán reduzca este enriquecimiento de uranio al 5% pese a que la construcción de armas atómicas -cuya amenaza esgrimen junto Israel- exige un enriquecimiento del 90 %. El portavoz de Ashton, Michael Man, indicó que la UE presentó una propuesta que estipula que Irán disminuya el enriquecimiento de uranio del 20 % al 5 % a cambio de aliviar las sanciones internacionales.

Los europeos acompañaron las negociaciones con las amenazas. Tanto el ministro de Asuntos Exteriores británico, William Hague, como su homólogo francés, Laurent Fabius, amenazaron a Irán con más sanciones si no hacía concesiones en la cita de Moscú.

Por su parte, el jefe de la delegación iraní, Said Jalili, reiteró el derecho de su país a lograr energía nuclear para fines pacíficos como país firmante del Tratado de No Proliferación nuclear, «porque es un derecho garantizado para todos los estados miembros», por lo que Irán no puede ser excluido.

Asimismo, subrayó que Teherán presentó durante las reuniones un paquete de propuestas que fueron debatidas de manera prolongada. Jalili reiteró el propósito pacífico de la industria nuclear y explicó que expuso a las potencias occidentales que «cualquier colaboración depende de que Irán conserve su derecho a enriquecer uranio».