Marcelo Bielsa en estado puro. Serio, irónico, profundo, cortante, sincero, con la mirada siempre baja. El técnico argentino no rehusó en la multitudinaria rueda de prensa en el mismo Vicente Calderón a ninguna pregunta, por muy incómoda que fuera y las hubo. Incluso tuvo tiempo para provocar la risa de los presentes cuando acertó a contestar sobre la marejada política en torno a la final, que «después de mi comentario sobre la... `energía', por decirlo de alguna manera -en referencia a su respuesta sobre la nacionalización argentina de YPF-, voy a cuidarme mucho de hacer un comentario que exceda mi orden». Y hubo tiempo para todo, incluso para hablar y mucho de la final copera de hoy.

Un encuentro en el que Bielsa no quiere hablar de favoritismos, porque es un concepto que se utiliza a priori y ya se sabe que lo de las hipótesis no va con él. Prefiere hablar de un encuentro sobre el que, reflexionó, «cuando uno llega al fútbol, el sueño es poder alguna vez participar de un partido de este tipo. Un partido que estimula la sensibilidad del pueblo futbolístico y ser partícipe de esa fiesta es muy lindo».

Se le preguntó al rosarino por su valoración sentimental de un choque de estas características para una afición como la del Athletic, volcada una vez más con sus colores. Y Bielsa volvió a ser Bielsa. «Cuando uno elogia al sitio al que pertenece, hay una sospecha de demagogia. El Athletic es lo que es y se hace especialmente visible en acontecimientos como estos»

Y sí, cuando se le cuestionó sobre si esta final le ilusiona especialmente, asintió a su modo en que «descubrir el sentimiento de un pueblo hacia su equipo y participar de un grupo que puede ofrecerle lo que desea, genera ilusión». Pero además de sensaciones también hay un partido que enfrentar, ante un enorme Barcelona, de quien no tuvo empacho en catalogarlo como «el mejor equipo del mundo». Un conjunto al que el Athletic, aseguró, no superará con alguna novedad táctica. Y a partir de ahí dio las claves para imponerse a los azulgranas.

Las claves para intentar ganar

Marcelo Bielsa se refirió a los dos encuentros jugados ante los de Guardiola esta temporada, en los que dijo que analizó «por qué perdimos y por qué no ganamos». A partir de ahí, para imponerse a los azulgranas su reflexión es que «es indispensable que cada jugador esté cerca de su máximo potencial y que la organización colectiva sea precisa; eso les hará empeorar a ellos. Si conseguimos ese logro, podemos aprovechar lo que consigamos a partir de igualarnos con ellos».

El malestar ¿que no fue?

Finalmente, Marcelo Bielsa no tuvo reparos en sincerarse y aclarar -incluso se podría decir que desactivar- una polémica en ciernes por el posible malestar en el vestuario después de que estuviera previsto que, como en Bucarest, los no convocados viajaran a Madrid a parte o incluso en un hotel distinto, como reveló ayer un periódico deportivo. Finalmente, todos viajaron el miércoles, 26 jugadores, al mismo hotel.

El entrenador rosarino confirmó que era así y no esquivó la pregunta. Aclaró que su idea inicial era esa, repetir lo de Bucarest, cuando los no convocados viajaron el mismo día de la final, dentro de su creencia -«su idiosincrasia», dijo-, de que esos jugadores podrían sentir «frustración» por ser luego excluidos de dicha convocatoria. «Para mí es muy duro decirle a un jugador que no va a participar», argumentó. Y añadió no haber pensado que «no participar -con el grupo- tuviera un sentimiento tan puro» por parte de esos excluidos.

«Nadie me hizo notar eso y entonces se me ocurrió a mí que a lo mejor querían estar todos juntos», prosiguió con su sincera explicación. El técnico detalló que lo consultó entonces con los capitanes, Andoni Iraola y Carlos Gurpegi, quienes le comunicaron que mejor viajaban y se alojaban todos juntos, convocados y no convocados.

Bielsa concluyó su exposición asegurando que «si ha habido un malestar, no corresponde, porque yo no lo percaté y jamás hubiera querido provocarlo». Minutos antes, sentado junto a él, el propio Iraola había pasado de puntillas sobre el mismo tema. Un capitán que dijo confiar en su equipo y apostó por «jugar como otras veces esta temporada». Reiteró que «estamos bien» y que el equipo «llega bien» al partido, sobre todo mentalmente.

Dejó claro que la final de Bucarest y esta son «finales distintas», que «son equipos casi opuestos» y que si bien el Barcelona es favorito, «eso no supone ninguna ventaja», palabras que luego haría suyas el propio Marcelo Bielsa. La cita está servida.