un año después de la victoria del 22-M
Guerra de guerrillas
I. Intziarte
Los usuarios de la estación de autobuses solo piden un lugar en el que guarecerse de las inclemencias meteorológicas, con unas taquillas en las que no haya que usar el GPS para comprar un billete, una cafetería en la que matar la espera y unos baños en los que aliviarse. Los donostiarras, en general, solo pedimos no pasar vergüenza cada vez que este tema sale a la palestra en cualquier conversación con gente de fuera. ¿Pedimos mucho? Al parecer sí. Tengo la sospecha de que todas estas idas y venidas de los últimos años tienen poco que ver con la estación en sí, y mucho que ver con la llegada del TAV. Tanto a favor como en contra. Una guerra de guerrillas soterrada en la que solo puede haber perdedores. Sobre todo quienes a estas horas del viernes, que es cuando escribo, se encuentran achicharrándose al sol en la ¿estación? de Pío XII.