El ataque al cuartel general de Shafiq enrarece la campaña en Egipto
El saqueo del escasamente vigilado cuartel general de candidato del viejo régimen ha tensado la campaña. Su rival, el candidato islamista, ha lanzado mensajes conciliadores a las mujeres y a los coptos.
GARA |
La campaña para la segunda vuelta de las presidenciales egipcias se ha visto sacudida con el ataque al cuartel general del último primer ministro de Mubarak y candidato a la Presidencia, Ahmad Shafiq .
La sede de campaña del candidato fulul se halla en una villa en el lujoso barrio cairota de Dokki. El interior de la casa fue completamente saqueado aunque el fuego sólo carbonizó un pequeño garaje cercano utilizado como almacén de papeletas del candidato.
Fuentes policiales aseguraron que ocho sospechosos fueron detenidos en las inmediaciones. Los partidarios de Shafiq se apresuraron a acusar a sus adversarios islamistas y a los jóvenes revolucionarios que derrocaron hace 15 meses a Mubarak de estar detrás del ataque.
El primer ministro designado por los militares, Kamal al-Ganzuri, anunció una reunión con los gobernadores del país «para debatir los medios para garantizar la seguridad de la segunda vuelta».
Sin embargo, la prensa independiente se preguntaba por las circunstancias y el móvil del saqueo de unos locales visiblemente mal protegidos pese a su carácter sensible.
«Este incendio suscita muchos interrogantes, y no falta quien se pregunta si no podría beneficiar a Shafiq aumentando su popularidad», señalaba en su edición de ayer el diario »al-Choruk», que insistía en hablar de un ataque «rodeado de misterio».
La prensa egipcia alerta de la posibilidad de que la campaña por la Presidencia entre un islamista conservador y un miembro del antiguo régimen incremente la tensión. «Desde el anuncio de los resultados de la primera vuelta, la emblemática Plaza Tahrir es escenario de manifestaciones tanto contra el poder de los Hermanos Musulmanes como del Ejército», coincidía el diario «al-Masri al-Yom».
El mismo lunes hubo enfrentamientos entre un millar de manifestantes contrarios a Shafiq y grupos de matones proMubarak vestidos de civil.
«La pugna Morsi-Shafiq atiza el fuego de la cólera», insistía »al-Choruk».
La campaña electoral, histórica por tratarse de la primera tras la caida del rais Mubarak, se había desarrollado hasta ahora sin incidentes de importancia.
El resultado ha sido un jarro de agua fría para los sectores laicos y liberales y para los movimientos de los jóvenes revolucionarios, que se encuentran en la tesitura de elegir entre un islamista y un hombre del viejo régimen.
Morsi hizo campaña en nombre del islam, mientras Shafiq apeló a la seguridad y la estabilidad. Este último intenta ampliar su base electoral jurando fidelidad a los ideales de la revolución que destronó a su jefe, Mubarak.
Mnesaje conciliador de Morsi
El candidato islamista trató ayer asimismo de tranquilizar a las mujeres y a los cristianos coptos (10% de la población egipcia), temerosos por la eventual llegada al poder de un islamista conservador.
«Nuestros hermanos cristianos, lo digo rotundamente, son miembros de la nación y tienen todos los derechos, como los musulmanes», señaló en rueda de prensa Morsi, quien prometió que los coptos «estarán presentes en la institución presidenciales, como consejeros o, si es posible, en la vicepresidencia».
Prometió asimismo que respetará el derecho de las mujeres «a trabajar en todos los oficios y a elegir su manera de vestir, sin imponer el uso del hijab».
El candidato de los Hermanos Musulmanes ha prometido que no buscan dominar el país y que la futura Constitución será «satisfactoria para todos los egipcios»