Referéndum sobre la austeridad de la UE en Irlanda con los precedentes del no a Niza y Lisboa
Los habitantes de las islas del oeste de Irlanda ya han tenido la oportunidad de votar en el referéndum sobre el tratado fiscal europeo. Mañana le toca al resto de Irlanda. Aunque los primeros resultados apoyan la ratificación, el jueves puede haber sorpresas.
Soledad GALIANA | Dublin
Las urnas viajaron de lunes a miércoles desde las islas de Arranmore, Gola, Inishbofin, Inishfree, Tory, y las del condado de Clare y Galway, donde residen 2.200 electores, a la comisarias de la policía locales, donde los votos de los isleños se unirán al del resto del electorado.
Son sólo 2.960 electores, pero a pesar de que las encuestas dan un amplio margen al voto a favor de la ratificación del tratado fiscal (60% a favor y 40% en contra), el alto porcentaje de indecisos podría causar un nuevo recuento de infarto, o incluso la sorpresa de un rechazo, como ocurrió anteriormente con el Tratado de Niza o Lisboa.
Es por ello que los políticos utilizan cada minuto y oportunida, para pedir el voto. Si el presidente de Sinn Féin, Gerry Adams, pedía el voto en contra del tratado de austeridad durante su intervención en la Asamblea general de su partido, televisada por el canal público, las leyes constitucionales forzaban una intervención de la misma duración por parte del primer ministro, el conservador Enda Kenny, que pedía el voto a favor.
Los argumentos a favor del tratado: la garantía de estabilidad en la zona euro, y la garantía de acceso por parte de Irlanda a los fondos del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) si hay un segundo rescate. Para un Gobierno que ha negado sin cesar la necesidad de un segundo rescate, esta tesis es claramente contradictoria.
Esos argumentos no han llegado a convencer a algunos de los diputados independientes en el parlamento de Dublín. Uno de los indecisos, el diputado Shane Ross, se destapó este lunes afirmando que pediría el «no» al tratado porque quiere que este referéndum se posponga o se produzca por segunda vez después de las elecciones griegas y su posible impacto en la situación europea. Ross también apuntó el hecho de que Francia y Alemania aún no han ratificado el tratado, ya que ambos estados saben que sus intereses nacionales están en la balanza, y apuntó a que el argumento de que Irlanda no tendría acceso al MEDE si vota en contra del tratado es «una amenaza sin contenido» porque «es inconcebible que Grecia sea salvada y se abandone a Irlanda».
Las líneas de partido define los votos a favor y en contra del tratado. Los votantes del conservador Fine Gael, que se sienta en el mismo grupo del parlamento europeo que el PP, votan en su mayoría a favor, mientras que los de Sinn Féin votan en su mayoría en contra. Los laboristas se dividen y los que apoyan a independientes y partidos minoritarios claramente se oponen al tratado.
Los opositores, como Sinn Féin, lo hacen en la creencia de que las propuestas europeas quieren mitigar el dolor de la crisis, pero sin tratar la causa de esta, que es la inversión a fondo perdido para el rescate de bancos ya hundidos, como Anglo Irish Bank. En resumen, la nacionalización de una deuda privada. Además, consideran que en una economía capitalista, los recortes y la austeridad para asegurar el rescate bancario provocarán que la recesión se profundice, pues reducirá el consumo, y con ello la demanda, que se traducirá en mayor desempleo.
El establecimiento del MEDE costará a irlanda al menos 6.000 millones de euros, que se sumarán a los casi 9.000 millones de recortes presupuestarios a implementar por mandato de la troika y los miles de millones para el rescate de la banca.
Además de la oposición al tratado, el Gobierno tendrá que enfrentarse a los tribunales. Thomas Pringle -diputado independiente-, ha presentado un recurso ante el Tribunal Superior al considerar que el Gobierno irlandés quiere manipular el voto a favor para ratificar el Tratado de Estabilidad, Coordinación y Gobernanza, debido a los profundos vínculos entre los dos documentos. El recurso no afectará a la celebración del referéndum, pero si el tribunal considera que este tratado es ilegal, el resultado de la votación de jueves podría no ser válido.
Sea cual sea el resultado, el vencedor de la campaña ha sido Sinn Féin, que no sólo ha superado al partido laborista y a fianna Fail para convertirse en el segundo partido irlandés, sino que con su 22% de intención de voto duplica al de los laboristas, y aúpa a su presidente, Gerry Adams, como el líder más popular en la república irlandesa.