Sudán y Sudan del Sur retomaban ayer en Addis Abeba (Etiopía) las negociaciones interrumpidas tras los combates que situaron a ambos países al borde de una nueva guerra civil el pasado mes de abril.

El Ejército sudanés anunció que retirará sus tropas de la zona de Abyei, disputada con Sudán del Sur, desde ayer, en respuesta a la demanda del mediador de la Unión Africana (UA), Thabo Mbeki. Sudán del Sur ya retiró sus 700 policías destinados en la zona.

La presión internacional ha forzado a Jartum y a Juba a volver a la mesa después de que la breve conquista por el Ejército sureño del más importante pozo petrolífero sudanés, en Heglig, y una serie de bombardeos de represalia por parte de Sudán hicieron temer por una conflagración total. Aunque la situación sigue siendo tensa, los combates más violentos han cesado. El presidente sursudanés, Salva Kiir, reconoce que «el diálogo amistoso con Jartum sobre los diferendos entre ambos países es la única manera de lograr la paz». El Ministerio sudanés de Exteriores confirmó que participará en el diálogo, auspiciado por la Unión Africana.

Sin embargo, Jartum ha acusado a Juba ante el Consejo de Seguridad de la ONU de varios ataques la semana pasada en localidades de Darfur-Sur, en territorio sudanés, Ambos países se acusan mutuamente de apoyar a grupos rebeldes en las regiones fronterizas respectivas. Juba denuncia periódicos bombardeos de la aviación sudanesa, lo que Jartum desmiente.

En el fondo de esta disputa, se encuentra el reparto del pastel petrolero. Sudán del Sur ha heredado tres cuartas partes de los pozos pero no puede exportar el crudo más que por el actual oleoducto que atraviesa Sudán del norte al sur.