Belén MARTÍNEZ Analista social
Es tiempo
El Grupo Internacional de Contacto (GIC) ha vuelto a Euskal Herria para evaluar lo sucedido desde la Conferencia Internacional de octubre de 2011 y constatar si ha habido resultados relacionados con la hoja de ruta presentada en la Declaración de Aiete.
Una vez más, los poderes públicos han intentado denostar el trabajo del grupo experto en la resolución de conflictos, ninguneándolo y menospreciándolo. El Gobierno Vasco nos recuerda que no necesita los «servicios» del GIC. Basagoiti, presidente del PP vasco, los cataloga como «verificadores y contactadores que se llenan los bolsillos mientras ETA se pasea con armas», y para el ministro del Interior español, Fernández Díaz, «no son bienvenidos» y «no son necesarios».
La visita ha coincidido con las detenciones llevadas a cabo en el Estado francés. Una coincidencia nada fortuita. La solución sigue basándose en las detenciones y en extrapolar al contexto vasco el fenómeno de los denominados «arrepentidos» o «pentiti» italianos. Esta estrategia se utilizó a finales de los años 70 del siglo XX, durante el periodo de lucha contra las Brigate Rosse. Pero conviene recordar que Euskal Herria no es Italia, ni ETA las Brigadas Rojas.
La voluntad mayoritaria de este pueblo es que el proceso iniciado sea irreversible, que siga adelante. Los gobiernos vasco, español y francés deberían tener en cuenta los anhelos y esperanzas de la sociedad, validando la Declaración de Aiete y otorgando legitimidad al GIC. Empezando por el reconocimiento de la capacidad de este para tratar y concluir la misión que le ha sido confiada. Dicho con las palabras de Paul Celan: «Tiempo es de que sea tiempo. Es tiempo».